El cambio climático
Si nos sentimos responsables frente a la vida no podemos cerrar los ojos ante al estrés que el planeta tierra hoy vive.
El cambio climático es un hecho. Frente a esta realidad, día a día, va empeorando nuestra calidad de vida. Los científicos hablan ya de 10 años en que las cosas han de ser irreversibles. (Ver: Documental Fílmico” Home”, de Yann Arthur Bertrand).
Si bien es cierto que siempre existieron sequías, inundaciones, tornados, terremotos, huracanes, nunca éstos ocurrieron con tanta asiduidad como en los últimos 10 años. Y nunca tanto la biodiversidad se ha visto amenazada como en la época en que vivimos. Millones de especies están en peligro de extinción y ya es común en el día a día encontrar que tal variedad de hierbas no existe o árboles que cada año van dando menos frutos, flores que no completan su período de maduración, debido a la cada vez mayor radiación ultravioleta que se filtra hasta nosotros a consecuencia de la gradual disminución de la capa de ozono. El ser humano es también víctima de enfermedades llamadas hoy de la civilización, que están relacionadas al estrés que el mismo planeta vive, (depresión, insomnio, ataque de pánico, hipertensión, alergias, colon irritable, migrañas, etc.).
Dentro de no mucho tiempo nuestros hijos, nietos, bisnietos preguntarán: “¿Qué hicieron los que nos antecedían para que esto esté ocurriendo hoy?
Es responsabilidad de cada persona, de cada uno de nosotros actuar hoy, no mañana, en relación al cuidado de nuestros recursos, de la naturaleza en general, de nosotros mismos, es decir, del Planeta Todo. De la pequeña acción que cada uno realice algo puede salvarse, algo puede mejorar y cambiar. Hay mucho por hacer…
En la cumbre mundial de científicos en Paris del año 2007, se dijo:
“Sin una revolución radical de sus comportamientos, el hombre está perdido”.
Ecología Profunda
La palabra Ecología significa: “estudio de las relaciones entre los seres vivos y el medio ambiente en que viven”.
Intentar ver con cierta profundidad el problema ecológico, es investigar donde comienza la alteración del sistema de relaciones de todos los seres vivos en el planeta.
Tal vez, la principal causa es, la separación que hace cada individuo, primero de sí mismo, luego de los otros, luego de la naturaleza. Sentir a todos los seres humanos como hermanos, sentir al planeta la segunda piel, tal vez sea la actitud ecológica primera y principal. Después de esto, se podrán ir observando formas de funcionar que dañen lo menos posible, porque toda actividad humana, en definitiva altera el medio.
Cabe recordar las palabras del Jefe Seattle de 1855, que dice así: “Tenéis que saber que cada trozo de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada aguja de un abeto, cada playa de arena, cada niebla en la profundidad de los bosques, cada claro entre los árboles, cada insecto que zumba es sagrado para el pensar y sentir de mi pueblo. La savia que sube por los árboles es sagrada experiencia y memoria de mi gente. Los nuestros nunca se alejan de la tierra, pues es la madre de todos nosotros. Somos una parte de ella, y la flor perfumada, el ciervo, el caballo, el águila majestuosa, son nuestros hermanos. Las escarpadas montañas, los prados húmedos, el cuerpo sudoroso del potro y el hombre…, todos pertenecen a la misma familia”.
El ser humano se separa de los otros, que en definitiva son sus hermanos, cuando en pos de una supuesta seguridad, se agrupa y se identifica con nacionalidades, razas, religiones, grupos étnicos. Al dividirse con otros, se generan conflictos, por ende se conforman ejércitos, que demandan armamentos, estos para su fabricación necesitan innumerable cantidad de materiales, principalmente minerales, que en su elaboración dañan el medio ambiente. La industria de armamentos es de las más grandes del planeta, la que más mano de obra y bienes necesita. Las armas dañan el medio ambiente y a los seres humanos cuando se las elabora y cuando se las utiliza, tal vez más que ninguna otra cosa.
En este año 2009, vemos como países sub-desarrollados, que forman parte del llamado tercer-mundo, con gran cantidad de gente por debajo de la línea de subsistencia, gastan cifras elevadisimas en armamentos como Chile, Venezuela, Brasil, desde ya sin dejar de nombrar a EE.UU., que gasta en armamentos el equivalente a la suma del resto de los países del mundo.
Si observamos las conductas humanas, podemos ver que los sentimientos de avaricia, codicia, poder, competencia, búsqueda de seguridad y de placer, generan un consumo desmedido, alterando los ecosistemas, llevándolos al máximo de su poder generador de bienes, o agotándolos. Desde ya, todos estos sentimientos se encuentran presentes en todo ser humano, en unos más fuertes que en otros, por ello las dramáticas desigualdades sociales.
No se trata solamente de perseguir al que con su actividad contamina el medio ambiente, como puede ser una fábrica de plásticos, una minera, una química que elabora pesticidas, una fábrica de armamentos, sino de encontrar las causas de la demanda. Porque sino, sería como perseguir al narcotraficante o al productor de cocaína, que en este último ejemplo en muchos casos son simples campesinos. Sino ver que pasa, que hay gente que demanda drogas. Si no hubiera personas que lo hicieran no existiría el “Diller”.
De la misma manera si nosotros estamos hermanados con el resto de los seres humanos, no existirían fábricas de armamentos, que necesitan de minerales para su elaboración.
Lo mismo pasa con condenar la deforestación, pero se sigue consumiendo gran cantidad de carne, como se hace en este país, siendo la cría de ganado una de las causas de la deforestación, por el destinar tierras al pastoreo de animales y para el cultivo de alimentos para éstos, como por ejemplo, la soja.
No parece lógico perseguir al productor de cierta cosa contaminante, cuando la raíz del problema está en la demanda que hacemos nosotros de dicho elemento, demanda sea directa o indirecta, consciente o inconsciente.
Es decir que nos tenemos que plantear cuáles son las causas profundas o subyacentes a esta carrera escandalosa de consumo de objetos materiales, de la cual formamos parte cada uno de nosotros, en mayor o en menor medida. No se trata de dividir al hombre entre los buenos “los ecologistas” y los malos “los dueños de empresas contaminantes”.
El mundo, la sociedad no es un ente abstracto, y no está dividida entre los “buenos” y los “malos”, es la suma de cada individuo, con los sentimientos, pensamientos y acciones que expresa cada ser humano, por más minúscula que pueda parecer su vida.
También, no podemos dejar de ver que si se condena toda actividad que contamina, se está poniendo en peligro la vida de la mayoría de la población mundial, puesto que se quedarían sin sus puestos de trabajo, lo que generaría una crisis humanitaria descomunal. Tal vez hay que promover la transformación de los procesos de elaboración de los bienes, en formas lo más sustentables posibles.
Plantearse inquirir en encontrar las raíces del daño ambiental y en buscar formas alternativas de producción, transformando las actuales que dañan el medio ambiente por otras amigables con él, es la visión de la ecología profunda, que es un movimiento mundial, que se está ampliando.
¿Por qué se genera el cambio climático y la contaminación del planeta?
Entre varias de sus causas podemos mencionar el exceso de CO2 (anhídrido carbónico), metano y demás gases de efecto invernadero, debida su presencia a: deforestación por tala indiscriminada, quema de materiales fósiles, humos de chimeneas de la industria, cría de ganado que erosiona los suelos y cuyos desechos generan entre otros metano, gas de efecto invernadero 20 veces más contaminante que el CO2, uso de plaguicidas, contaminantes y monocultivos que desertifican los suelos, efecto del uso de aerosoles que generan la capa de ozono , uso de químicos en la industria de todo lo que habitualmente consumimos.
Los gases de efecto invernadero, destruyen la capa de ozono, levantan la temperatura del planeta, con el consiguiente derretimiento de los glaciares de los polos y de los picos de montañas, con lo que los pronósticos son de una suba del nivel del mar y la posible devastación que esto genere.
¿Qué es lo que cada persona puede hacer para ayudar al planeta?
Si cada persona puede consumir menos, decrecer en sus necesidades, en sus actividades y no poner la atención en el “tener” evitando comprar aquello que verdaderamente pueda ser superfluo, cuidando los recursos naturales, estaría contribuyendo de gran manera al cuidado del medio ambiente. Este es el punto principal ya que se generaría un menor impacto ambiental al no contaminar.
Si todos consumiéramos lo que por ejemplo en EEUU se consume harían falta 3 planetas tierra para abastecernos.
El exceso en el consumo, es el que va agotando los recursos naturales. Estos son aquellos bienes materiales y servicios que proporciona la naturaleza sin alteración por parte del ser humano; y que son valiosos para las sociedades humanas por contribuir a su bienestar y desarrollo de manera directa: materias primas, minerales, alimentos. Los que contribuyen de manera indirecta son: bosques, petróleo, gas, aire, agua, metales, piedras, mares, ríos, arroyos…
Por todo esto es necesario tener en cuenta algunos ítems, seguramente faltarán muchos a enunciar, tal vez no sea posible realizar todo, tal vez si, pero si podemos llevar a cabo aunque sea algo de lo que abajo se menciona, estaremos contribuyendo en mucho:
Disminuir el consumo de alimentos industrializados que contienen químicos para su elaboración, producidos por grandes compañías, muchas de ellas multinacionales, que utilizan elementos nocivos para la salud humana y el medio ambiente. Muchos alimentos refinados son elaborados con soja transgénica, aceite de palma, que para producirlos se utilizan cantidades de tierra que podría ser usada para cultivar alimentos que impedirían el hambre en el mundo.
Evitar consumir alimentos que no sean de la zona para evitar el transporte que implica el uso excesivo de combustible.
Evitar vegetales (frutas y verduras) quimicalizados, buscar los de procedencia orgánica. En la agricultura se usan fertilizantes, glifosatos, agroquímicos en general, que son generadores de la erosión de los suelos, contaminan a consumidores, operarios y medio ambiente.
Comprar comida fresca y no congelada. La comida congelada necesita 10 veces más energía que la fresca.
Evitar el consumo de carne. La presencia del ganado vacuno implica extensiones muy grandes de tierra en las que podrían cultivarse alimentos vegetales que podrían dar de comer a cantidad de personas carenciadas. Los excrementos de las vacas son generadores de CO2 y una de las causas importantes de contaminación planetaria, lo mismo que los desechos tóxicos que se generan en los mataderos de las mismas.
Evitar el consumo de pollo y huevos de criadero que implican el uso de alimentos balanceados, producidos con cantidades de químicos y soja transgénica. Esto es aplicable también para el alimento balanceado de perros y gatos.
Evitar el exceso en el consumo de peces ya que hay muchas especies en extinción porque no se respetan las vedas y existe una súper-explotación de los mares por la industria pesquera.
Científicos, ecologistas, personalidades del arte están diciendo que si toda la población mundial fuera vegetariana se resolvería el cambio climático.
Disminuir el consumo de indumentaria en general (ropa, calzado). El exceso en el consumos de vestimenta en general, implica la producción de los mismos con un alto costo de contaminación ambiental, debido a los deshechos de las fábricas, al uso de materiales sintéticos, de algodones transgénicos, de colorantes, de ablandadores químicos de telas y marroquinería en general.
Utilizar cosmética que no implique el uso de derivados del petróleo, procurar cosmética natural.
Disminuir el consumo de elementos de limpieza, utilizar aquellos indispensables y recordar que el jabón blanco, el detergente y la lavandina son la mejor opción. Procurar los productos biodegradables.
Evitar el plástico en general para no generar basura que cuando se queme produzca CO2 y otros gases. El plástico tarda entre 100 a 1.000 años en biodegradarse.
Separar la basura para aprovechar la orgánica como abono para el jardín o para alimento de animales de granja, plásticos y papeles aprovecharlos para reciclado.
Evitar el uso de bolsas plásticas para acarrear mercadería, utilizar bolsas de papel, de tela, cajones de madera o cartón. Tratar de evitar comprar alimentos y bebidas, que vengan en bolsas o cajas descartables, preferir los que vienen en vidrio o cartón.
Evitar el uso de aerosoles que contienen las sustancias llamadas freones o clorofluorocarburos. Los clorofluorocarburos ascienden a la atmósfera superior donde se acumula, generando la capa de ozono.
El ozono retiene la mayor parte de la dañina radiación ultravioleta del sol. Esta radiación llega a dañar las células humanas y a provocar cáncer en la piel y cataratas en los ojos. También reduce la producción de semillas en las plantas, además de quemarlas por exceso de radiación.
Disminuir el consumo de tecnología en general, evitar cambiar en poco tiempo la PC, Teléfonos móviles, televisores. Los desechos de computadoras, celulares, no se biodegradan y generan basura que puede tardar un milenio en descomponerse.
Evitar el uso de oro, piedras preciosas, plata, tanto como en elementos de joyería, como en lingotes para especulación financiera. Ya que todo esto contribuye a la existencia de la industria minera que hace estragos en los lugares en los cuáles se instala.
Evitar el uso de automóviles de alta cilindrada ya que consumen más combustible. Evitar manejar llevando el motor a altas revoluciones por minuto, por efecto de aceleraciones bruscas o conducir en segunda o tercera cuando se es posible conducir en cuarta o quinta.
Tratar de evitar el uso del automóvil cuando sea posible, usar bicicleta, caminar o transporte público.
Buscar utilizar recursos sustentables (energía solar, eólica), para disminuir el consumo de electricidad y gas.
Cambiar los focos comunes por lámparas fluorescentes, de bajo consumo, LED, se ahorra 60% de energía y se evita emanar al menos 136 kilos de dióxido de carbono al año. Si cada familia de un país hiciera esto, se reduciría más de 90 billones de kilogramos de CO2.
Usar heladeras de bajo consumo.
Apagar los electrodomésticos que no se usen. Apagar la TV cuando no se está mirando, la computadora cuando no se usa y los demás artefactos que no se usan, se evitará emanar a la atmósfera 18 MILLONES DE TONELADAS de CO2 al año.
Evitar el uso excesivo de secarropa, ya que consume exceso de electricidad.
En la Argentina donde la electricidad es de origen mayormente hidroeléctrico, utilizar calefactores eléctricos de bajo consumo, en lugar de calefactores a gas o leña. Evitar el aire acondicionado que consume mucha energía eléctrica y además emite químicos contaminantes. Se pueden reemplazar por ventiladores o acondicionadores que enfrían el ambiente por humedad.
Usar la plancha común en lugar de la de vapor, que consume el doble.
Evitar dejar una pava hirviendo porque se usa gas innecesariamente y además emite exceso de vapor que es CO2.
Tapar ollas o jarros cuando se está cocinando, para evitar el uso prolongado del gas.
No dejar abierta la canilla mientras uno lava la vajilla, los dientes o se enjabona las manos.
Lavar los alimentos en un recipiente, no con el agua corriendo. Así, el agua que quede puede usarse para regar las plantas, por ejemplo.
No usar la lavadora para pocas prendas, usarla cuando esté llena.
Evitar los baños de inmersión, preferir la ducha y en ese caso evitar que sean de mucho tiempo.
Evitar tener regadores prendidos exceso de tiempo (las canchas de golf, por ej. requieren de una cantidad excesiva de agua).
Utilizar para el inodoro, mochilas de doble descarga, de esta manera se usa menos agua.
Usar papel reciclado. Si compramos productos de papel, de preferencia que sean reciclados. Consume 90% menos de energía el hacerlos y previene la deforestación.
Usar el papel por ambas caras, sacar solo las copias necesarias y reutilizar sobres, cajas, etc.
Si se logra cumplir con la mayoría de estos requisitos, se estará contribuyendo, solo en este año, a evitar que la atmósfera se contamine con 2 TONELADAS Y MEDIA de dióxido de carbono, sin contar los 18 MILLONES DE TONELADAS de CO2 que no se enviaría al ambiente y los 9000 LITROS DE AGUA que se ahorrarían.
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