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Consejos De Salud Para El Invierno








En esta estación, el ciclo de la Naturaleza en su fase de introversión, llega a su máxima expresión. Todo está quieto, no hay crecimiento, la energía externa es casi nula, todo está hacia adentro.

Es en el momento en que menos energía hay en el ambiente.

Manifestaciones psicológicas


Así como en la Naturaleza todo permanece quieto, silencioso, casi inmóvil y hacia adentro, nosotros, los humanos durante el invierno estamos también introspectivos, con necesidad de estar hacia adentro, en contacto con nuestro interior. Esta circunstancia puede ser aprovechada, para darnos cuenta de nuestros sentimientos más profundos y poder reflexionar sobre ellos, meditando, comprendiendo.

La falta de energía reinante puede también desenergizarnos extremadamente, con lo que surgen temores y tristezas muy profundas anidadas en uno.

Cuando no están los nutrientes necesarios y se carece de tono y fuerza vital, el sistema nervioso también se debilita y pueden surgir en uno sentimientos fuertes de temor e inseguridad.

El exceso de pensamiento, que es propio que ocurra con intensidad en el invierno, ya que se está quieto y hacia adentro, genera falta de energía. El incesante parloteo mental agota todas nuestras funciones corporales.

Manifestaciones físicas


Así como la naturaleza nos muestra que las plantas, mantienen su humedad, debido a la falta de sol y al frío, nosotros también almacenamos agua en nuestro organismo durante el invierno. Esta cantidad de agua que poseemos de más, en relación a otras estaciones, es la que puede llegar a generar algunos disturbios en diferentes órganos y funciones corporales. El riñón se ve afectado por la cantidad de agua con lo que puede llegar a funcionar, tal vez más expandido, lo mismo sucede con el corazón, el pulmón y los órganos reproductores.

Pueden existir dificultades circulatorias, ya que la sangre circula más rápidamente, por lo que las personas que sufren problemas de hipertensión necesitan mayor cuidado. Las personas que sufren problemas circulatorios pueden llegar a tener sabañones, en manos, pies y orejas.

Es posible también que ese exceso de agua, que a su vez genera mucosidad, se aloje en bronquios, con lo que las gripes, bronquitis , catarros puedan aparecer y con frecuencia si no existe un buen tono vital.

La Alimentación


En lo que a la alimentación se refiere, es importante tratar de equilibrar la falta de energía externa con la que los alimentos pueden aportarnos.

El agua y el frío se equilibran con el fuego y el calor. Necesitamos consumir alimentos que den calor, elaborados con tiempo de cocción, y a su vez con un aporte mayor de grasas animales y vegetales. Las preparaciones tienen que tener un poco más de sal y aceite, preferiblemente de maíz. Aumentar el consumo de nueces, almendras, semillas de zapallo, todas tostadas previamente, y en el caso de las almendras fileteadas y luego tostadas.

Es importante consumir cereales integrales, en sopas o cocinados con verduras y aceite. Es importante también disminuir el consumo de todo aquello que enfríe y no genere calor, tales como exceso de frutas con alto contenido en azúcar, verduras crudas y bebidas frías. Las sopas calientes son un buen alimento para ayudar a mover los líquidos internos y dar calor al organismo. Comer pescado con más asiduidad, los de mares profundos, tipo abadejo y brótola, así como también dar calor al organismo con quesos de buena calidad: de cabra, de búfala o aquellos que sean en general de procedencia orgánica.

Consumir sopa de pollo orgánico también es una buena opción, o bien pollo orgánico alguna vez a la semana en forma de estofado.

Consumir sopa de poroto aduki con frecuencia para beneficiar la función del riñón y guisos de legumbres: porotos negros, lentejas, garbanzos. Los garbanzos especialmente cocinados en forma de humus, es decir paté de garbanzos, ayudan a eliminar mucosidades del cuerpo, por otro lado aportan triptófano, precursor de la serotonina, cuya falta es importante en esta época del año.

El consumo de verduras raíces como zanahoria, bardana, nabo largo, rabanito, dan fortaleza al organismo y a la mente. La cebolla, cebollita de verdeo y puerro activan la función del pulmón.

La quínoa y el amaranto contienen mucha Vit. B, que regula el funcionamiento del sistema nervioso, se pueden consumir en sopas o guisos.

El té bancha (aportan minerales y energía), té de regaliz, levanta el sistema inmune y es eficaz en caso de disturbios originados por la baja del sistema inmune. Té de semillas de habú para bajar y regular la presión sanguínea. Té de jengibre para problemas de infecciones y gripes. El consumo de algas aporta minerales al organismo (Kombu, Wakame, Nori).

Actividades y tratamientos


La falta de energía externa tenemos que contrarrestarla tratando de encontrar la energía en el sol, la actividad física, el movimiento, los ejercicios respiratorios y la activación circulatoria a partir de frotaciones y auto-masajes.

La temperatura existente nos permite realizar caminatas largas y movimiento más exigentes. Necesitamos darnos potencia, por lo que tenemos que buscar la presencia del sol y estar bajo sus influjos, por lo menos 15 minutos diariamente.

Durante el invierno los huesos y músculos se tensan, por lo que la práctica de yoga cotidianamente ayuda a flexibilizar la espalda. Sacro, lumbares, dorsales y cervicales se benefician con la movilización de cada vértebra a partir de una práctica cotidiana de posturas que ayuden a distender.

La apatía, la depresión no tienen porqué ser estados permanentes, pueden modificarse a partir de saber convivir con ellos, buscando formas de equilibrarse, tratando de comprender el valor que se le da a la vida, a los seres queridos, a uno mismo. Se trata de ver el auto-centramiento en el que se está inmerso. Si uno ve ese hecho sin rechazarlo o negarlo, sino que es veraz frente a esa realidad, pierde menos energía de la ya poca que se tiene y puede tomar una punta del ovillo para generar el cambio, ya sea a través de una alimentación que equilibre, de una actividad física que de vigor, de acercarse a la tierra, al agua, al sol, de poder estar en silencio, sin pensar, conectado solamente con las sensaciones. El acercamiento a la Naturaleza actúa positivamente en este sentido, poner las manos en la tierra, haciendo jardinería, sacando yuyos y plantando, todo esto ayuda a parar el pensamiento. Por cualquiera de esos lados uno puede comenzar a hacer algo por si mismo.

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