Utilizar fibras naturales y no sintéticas en la ropa del día a día
Utilizar sábanas de puro algodón
Utilizar jabón de coco para la higiene cotidiana del cuerpo y los dientes (cepillar con jabón de coco). Se evita de esta manera el uso de jabones y dentífricos químicos, que impiden que las células del cuerpo respiren naturalmente.
Si se trata de cambiar el colchón, elegir los de látex, que son ecológicos, provienen de la corteza de un árbol y evitar los de fibras sintéticas. El cuerpo se acomoda mejor, la estructura ósea y todo el organismo se beneficia
No utilizar aceites, ni cremas para el cuerpo, ya que impiden que la piel respire con naturalidad • Evitar el aerobics, correr, para no exigir al corazón, evitando respiraciones cortas y el exceso de anhídrido carbónico. Las respiraciones largas y profundas permiten una mayor cuota de oxígeno. • Utilizar Humificadores, en lugar de aire acondicionado, para enfriar los ambientes. Los humificadores bajan la temperatura ambiente sin el uso de químicos, como ocurre con los aires acondicionados, además gastan menos energía y dan un aire más sano, ya que no hay que tener los ambientes herméticamente cerrados.
Evitar el exceso en el consumo de helados, ya que las cremas de leche, los químicos que contienen y el azúcar, van debilitando la condición física y sobrecargan al organismo
Evitar el consumo de semillas y sus leches (almendras, alpiste, lino, sésamo, nueces, etc…) que son alimentos típicos de invierno y no de momentos de calor
Evitar el consumo de aguas saborizadas ya que la glucosa que contiene, genera procesos inflamatorios y retención de líquidos. Esta preparación es ideal para cuando el calor comienza a estar presente: Arroz con ananá y mandarina.
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