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Necesidades Nutricionales







La Química Del Organismo – Alimentos Que No Deben Faltar En La Comida Cotidiana


La estabilidad emocional y física de una persona depende de la química de su organismo.

Si una persona está químicamente inestable, porque su sangre y su medio interno, no recibe los nutrientes necesarios, su ánimo estará decaído, su energía será baja, su capacidad de resolver problemas será poca, su sistema de defensas estará disminuido, así como también su sistema inmunológico y su aparato digestivo. Será baja también su capacidad de absorber nutrientes y eliminar  toxinas.

Por el contrario si una persona tiene su química equilibrada, de acuerdo a si es hombre o mujer, si trabaja en una oficina o al aire libre, si vive en una ciudad o en el campo, si es extrovertida o introvertida, si es joven, adulto o adulto mayor, etc., su capacidad de salud y bienestar será mayor; entendiendo a la salud como un estado de vitalidad y alegría de vivir y no como la ausencia de enfermedad.

¿Cuáles son las necesidades nutricionales de un ser humano?


El ser humano necesita para su normal funcionamiento y desarrollo, carbohidratos, minerales, proteínas, vitaminas, grasas y agua.

Estos son los elementos de los que consta la leche materna y según investigaciones son los necesarios para el normal desarrollo de un bebé.

Anemarie Colbin, en su libro, “El poder curativo de los alimentos” de editorial Robin Book, nos dice:

“¿Qué proporción de nutrientes es la óptima para la salud humana?

Consideremos la leche materna. Todos los demás productos alimenticios: la fruta, los cereales, las verduras de hoja, las compartimos con los demás seres vivos pero las madres humanas producen el único alimento hecho a medida para los requerimientos de los hijos humanos.

A continuación vemos los elementos  nutritivos y la relación proporcional entre ellos:

En 100 grs. de leche materna Minerales y Vitaminas: 120 mgs. Proteínas: 1100mg. Grasas: 400mg. Hidratos de carbono: 9500mg. % de agua: 87,5

Se puede observar que la proporción minerales/proteínas, proteínas/hidratos de carbono e hidratos de carbono/agua, está uniformemente alrededor de 1 a 8 y 1 a 9. Esta elegante progresión se rompe por la proporción de grasas, que está en razón de 4 a 1 con las proteínas y de 1 a 2,5 con los hidratos de carbono.

Aquí surgen dos sorprendentes realidades. La primera: en este alimento perfecto para los bebés, que en seis meses les hace duplicar el peso con que nacieron, la cantidad de proteínas presentes es sólo ligeramente superior a un 1%. Al parecer, la naturaleza cree que no necesitamos grandes cantidades de proteínas. Segundo: hay cuatro veces más grasas que proteínas en la leche materna.

¿Cuál es la relación entre la proporción de elementos nutritivos presentes en la leche materna y la proporción que necesitamos los adultos? Mis estudios me han llevado a creer que, exceptuando el alto contenido en grasas necesario para el crecimiento del bebé, la leche materna contiene un equilibrio nutritivo similar al que conviene al cuerpo de un adulto.

Cuando no se satisface la necesaria proporción de elementos nutritivos, los mecanismos autocorrectores se lanzan al ataque y nuestros cuerpos ansían y reclaman los nutrientes que faltan. Si no los obtenemos la consecuencia podría ser la enfermedad. “…

¿Cuáles son los alimentos que deben formar parte de la ingesta cotidiana?


No hay reglas fijas, lo que sí es importante es el hecho de que cada persona pueda ir haciendo su propia experiencia a partir de la vivencia. Experimentar con los alimentos e ir desarrollando su sensibilidad, como para percibir aquello que le favorece como aquello que le perjudica.

En este caso trato solamente de transmitir mi propia experiencia y la de tantas personas que he atendido y de haber visto cómo el alimento cotidiano puede ayudar en el día a día. Tal vez en un principio es necesario tener una orientación de alguien que ya ha vivido estos procesos y se especialice en el tema. Luego con el tiempo cada uno podrá ir viendo lo que es mejor para sí.

De acuerdo a lo dicho por Anemarie Colbin, anteriormente, la cantidad de carbohidratos que el ser humano necesita para vivir es mayor que la de proteínas y grasas. De ahí que una buena alimentación debe incluir como alimento principal  los cereales integrales, en una mayor proporción que grasas y proteínas, incluso que vitaminas y minerales. Estos cereales integrales son carbohidratos complejos, que permiten generar una combustión lenta de azúcar en la sangre y que a su vez proveen de nutrientes importantes, especialmente vitamina B que ayuda en el funcionamiento equilibrado del sistema nervioso, además proveen  de proteínas (trigo burgol, quínoa, amaranto) y en algunos casos grasas de buena calidad (maíz y avena). El arroz integral nos provee de una cantidad equilibrada de Sodio y Potasio.

Alimentos a consumir cotidianamente


Para que todos los nutrientes estén presentes es decir: carbohidratos, proteínas, minerales, vitaminas, grasas y agua, los alimentos indispensables son: Cereales integrales: arroz integral, mijo, trigo, avena, cebada perlada, quínoa, amaranto, maíz en grano o en forma de polenta. Proteínas vegetales en forma de legumbres: poroto negro, poroto tapé, garbanzo, lenteja, poroto aduki, poroto de soja (especialmente a través de sus derivados como queso de soja, salsa de soja, miso).

Proteínas animales: éstas proveen de la grasa necesaria para que se forme el glóbulo graso en el organismo,  que permite una buena lubricación del intestino (cuando hay constipación)  y también  la emulsión necesaria del mismo (cuando el intestino está muy suelto). En este sentido es importante consumir pescados de mares profundos, no de criaderos, como abadejo, brótola, lenguado, carne de algún animal salvaje como chivo o cabrito, pollo orgánico, huevo orgánico y queso de cabra o de vaca de procedencia orgánica.

Algas marinas: Kombu, Hijiki, Nori, Wakame

Verduras: zanahoria, zapallo , zapallito, zuchini o calabacín, brócoli, coliflor, repollo, cebollita de verdeo, puerro, achicoria, radicheta, lechuga japonesa o acuzai, apio, hinojo, alcaucil, espárrago, chaucha, nabo, rabanito, papa, batata, bardana, loto, hojas de nabo. Semillas: zapallo peladas y girasol, nueces, almendras, pistachos, castañas de cajú.

Frutas: manzana, pera, durazno, ciruela, banana, sandía, frutilla, frambuesa, mora, arándano, naranja, limón, pomelo, mandarina,  mango, papaya,  kiwi, aceitunas verdes o negras.

Como condimentos: jengibre fresco, perejil, albahaca, cilantro, menta, cardamomo, cúrcuma, salsa de soja orgánica, sal marina, aceite de maíz, tomillo, orégano, laurel.

Alimentos fermentados: chucrut, pickles, vinagre de arroz, salsa de soja, miso.

Bebidas:

Tés de hierbas: Bancha, té rojo, té verde, habú, diente de león, marcela, llantén, cola de caballo, canchalagua, marrubio, lavanda, anís, canela, jengibre, melisa, cedrón, romero, salvia, cardo mariano, manzanilla, cáscara de naranja , cáscara de limón, carqueja, pasionaria.

Jugos de frutas y verduras: Zanahoria, apio, perejil, achicoria, jengibre, manzana verde Zanahoria y manzana verde con jengibre Zanahoria con pera y jengibre Zanahoria con apio y manzana verde Durazno con limón Sandía con limón Manzana con pera o durazno Apio con remolacha Achicoria con manzana y zanahoria

¿Cuáles son los alimentos que habría que evitar de la ingesta cotidiana y por qué?


Alcohol

Muchas son las ventajas que últimamente se le atribuyen al consumo de vino, fundamentalmente como vaso dilatador y por el beneficio que aportan los poli-fenoles de la uva. Muchas personas aducen que el médico les recomienda beber un vaso de vino diariamente para beneficio de su salud.

“Los efectos beneficiosos del vino sobre el corazón se explican por las propiedades de la uva, no por su fermentación alcohólica. Investigadores de la Universidad Louis Pasteur de Estrasburgo  (Francia) aseguran que los efectos positivos hallados en el jugo de uva negra y en el vino tinto se deben en ambos casos a los poli-fenoles, que activan las células endoteliales para que produzcan el triple de óxido nítrico, agente que regula la tensión arterial y que mantiene en buen estado los vasos sanguíneos.” (Revista Cuerpo- Mente, Editorial RBA, abril 2007)

Lo cierto es que se habla mucho de las ventajas que produce en este caso el vino tinto, pero poco se dice de los perjuicios que aunque sea un vaso de vino diario genera en la salud humana y cuán responsable es el consumo de alcohol, incluso en dosis moderadas, en relación al desequilibrio del hígado y del sistema nervioso.

Existen personas que tienen una sensibilidad diferente en cuanto al consumo de alcohol, para algunos es suficiente un vaso, para sentir que hay una diferencia en su capacidad de percepción. Incluso en pruebas a automovilistas en relación a los accidentes de tránsito ya se sabe que un vaso de alcohol, ya sea cerveza, vino, o cualquier otra bebida modifica los reflejos de la persona, así como su estado de ánimo y capacidad de percepción.

Según informes de la agencia Reuters del 18/1/2008- beber alcohol disminuye los niveles de azúcar en sangre.

“Un nuevo estudio en animales explica el mecanismo que logra ese efecto, según publicó la revista Endocrinology.

Los resultados demuestran que el alcohol produce «una redistribución masiva del flujo sanguíneo en el páncreas», dijo a Reuters Health el autor principal del estudio, el doctor Ake Sjoholm, del Instituto Karolinska, en Estocolmo.

El alcohol enviaría más sangre a una región del páncreas llamada islotes. Estos contienen células, cuya función principal es producir insulina, la hormona clave que reduce los niveles de azúcar en sangre.

Sjoholm y el doctor Zhen Huang demostraron con varias técnicas que el flujo sanguíneo a los islotes pancreáticos se cuadruplica en ratas después de una inyección de etanol.

En cambio, el flujo sanguíneo general al páncreas, no sufrió alteraciones.

Nos sorprendió la magnitud del efecto del alcohol sobre el flujo sanguíneo a los islotes», dijo Sjoholm. La inyección de alcohol provocó también un aumento de la secreción de insulina, lo que redujo los niveles de glucosa.

Un estudio más profundo demostró que el alcohol produce modificaciones en el flujo sanguíneo pancreático, al alterar una sustancia química llamada óxido nítrico y el nervio vago, que es responsable de enviar muchas señales importantes al organismo. “

Tener bajo el nivel de azúcar en sangre significa un desequilibrio importante para todo el organismo, ya que la necesidad de azúcar se hace mayor, especialmente en forma de alcohol, lo cual implica más necesidad del mismo. Vivir con estados de hipoglucemia implica mayor necesidad de grasas y de harinas y azúcar, lo cual lleva aparejado una descompensación circulatoria y altos niveles de colesterol, lípidos en general, ácido úrico y también estados de hiperglucemia.

Por otro lado, el alcohol causa un efecto tóxico directo sobre las células hepáticas, que en su forma leve puede ser reversible, pasando más tarde a la denominada cirrosis, enfermedad que causa la muerte en el 50 % de los casos.

Cuando el hígado está afectado, sensaciones de mareos, baja presión, irritabilidad, mal humor, náuseas, gusto amargo en la boca, dolores de cabeza recurrentes, problemas digestivos y circulatorios son comunes.

Por otro lado, también, el sistema nervioso, a partir del consumo de alcohol, se ve afectado en una gran medida,  porque el alcohol roba la  Vitamina B del organismo, que regula el funcionamiento de dicho sistema, generando síntomas como temblores, caminar inseguro, desordenes en el sueño, junto a ansiedad, depresión, disminución de los reflejos o falta de concentración, violencia, por citar algunos.

Harinas refinadas

Las harinas, provienen de la molienda de los granos de cereales.

En el caso de la harina de trigo, su composición primaria contiene el salvado que es la cáscara, el gluten que es lo que se encuentra dentro del grano mismo y el germen, que es la raíz. En esta composición hay cantidades de minerales, vitaminas y proteínas, así como carbohidratos y elementos que aportan fibra dietética muy beneficiosa para la salud, la cual permite desintoxicar al organismo de elementos dañinos y genera un buen tránsito intestinal, ayudando a su vez a eliminar grasas y colesterol dañino.

Cuando al grano se le extrae el salvado, el germen y se lo muele, el resultado es la harina blanca o refinada.

Este producto no contiene muchos nutrientes y no aporta fibras al organismo. El resultado es un producto desnaturalizado y sin prácticamente ningún valor nutricional. En el proceso de la molienda se separa el salvado y por lo tanto, la harina de trigo se hace más fácilmente digerible y más pobre en fibra, además se separa la aleurona y el embrión por lo que se pierden proteínas y lípidos.

Cuando el grano tal cual su forma original se muele, se obtiene la harina integral que sí aporta importantes beneficios al organismo por su cantidad de nutrientes, proteínas, vitaminas, minerales, carbohidratos complejos.

Entre la harina blanca y la harina integral siempre va a ser más beneficiosa la harina integral que aporta elementos positivos.

No obstante, el exceso en el consumo de harinas, aunque sean integrales, también resulta perjudicial, porque no es lo mismo comer el grano que la harina del grano.

La harina tiende a generar mucosidades y congestiones en los órganos, de ahí que se aconseje moderar su consumo.

La harina genera una combustión más rápida de azúcar en sangre que comer el grano.

El grano, al ser masticado, alcaliniza la sangre. El exceso en el consumo de harina, implica mayor acidificación y por consecuencia sobrecargas digestivas, circulatorias, sensación de acidez, contracturas, baja de defensas, ya que elimina del organismo la reserva de minerales como hierro, yodo, magnesio, zinc, calcio y otros.

Una buena  harina integral, se obtiene por la molienda de los granos entre piedras de molino o ruedas de acero, lo cual asegura no perder la proteína de la harina. En la actualidad, en general se muele con maquinaria eléctrica.



Azúcar:

El consumo de azúcar, en forma cotidiana, ya sea en forma directa o bien a través de platos elaborados con ésta, en repostería, caramelos, helados, galletitas, tortas, facturas, mermeladas, chocolate, gaseosas y otros tipo de bebidas azucaradas, afectan la salud psico-física de los seres humanos.

Suele ocurrir que los síntomas de ansiedad o perturbación emocional estén íntimamente relacionados con un desequilibrio de la glucosa en sangre, debido, justamente, al consumo de sacarosa o azúcar refinada.

Si se consume azúcar diariamente en forma de mermeladas, caramelos, chocolate, etc. , se produce continuamente una condición excesivamente ácida en el organismo y se necesitan cada vez más minerales de lo profundo del cuerpo para tratar de rectificar el desequilibrio.

La ingesta de azúcar genera un estado de acidificación interna.

Como la sangre y el medio interno en general,  en su estado normal es alcalino, al consumir este alimento, el organismo en la búsqueda de su equilibrio natural, quiere volver a su estado de alcalinidad, para ello recurre a las reservas naturales del cuerpo, usando los minerales almacenados que son alcalinos, tales como el hierro de la sangre, magnesio y zinc de las células cerebrales, yodo de la tiroides, calcio de los huesos, minerales del cuerpo en general.

La anemia tiene que ver con la falta de hierro, el hipotiroidismo con la de yodo, la depresión con la falta de magnesio y zinc, la osteoporosis con la falta de calcio.

El exceso en el consumo de azúcar, es decir un consumo cotidiano de la misma, va generando desgano y poca capacidad para resolver activamente los desafíos de la vida.

En general esta pérdida de minerales va debilitando la condición general del ser humano, bajando su sistema inmunológico y haciéndolo propenso a las enfermedades mencionadas anteriormente y otras más, que hoy afectan a  la civilización.

Carnes:

El exceso de proteína animal ha sido y es una de las causas más importantes de enfermedades de la civilización. Pero la falta, cosa que es bastante común hoy en día, también lo es.

El ser humano necesita de todos los nutrientes, de la cantidad de hidratos de carbono necesaria,  de vitaminas, minerales, agua, y también de proteínas y grasas.

Es importante que se consuma diariamente, una cantidad de proteína grasa, ya sea en forma de quesos, especialmente de cabra, o de pescado de mares profundos, o de huevo orgánico o de carne de vaca de procedencia orgánica o bien de animal salvaje, como ser cabrito o chivo.

El exceso es tan perjudicial como la falta. En términos generales, una vez cada 10 días se puede consumir carne de animal salvaje, dos veces a la semana pescado,  huevo orgánico y queso de cabra o de vaca orgánico algunas veces en la semana. El cerebro necesita de la proteína grasa para que la mielina pueda estar recubierta de esa capa de grasa necesaria para que las neuronas no se expandan demasiado.

Se puede ser ovo lácteo vegetariano, pero la falta total de proteína animal, muy de moda en estas épocas, puede ser perjudicial para el organismo. Un colesterol muy alto es tan peligroso como uno muy bajo. La falta de proteína genera diversos tipos de enfermedades, tales como ansiedad, problema para dormir, depresión, desequilibrio en la glucosa, falta de energía y baja del sistema inmune en general, lo cual puede traer aparejado un  sin fin de enfermedades, tales como problemas cardíacos y cáncer.

El exceso en el consumo de carnes, cotidianamente, puede generar dificultades en la circulación sanguínea, problemas cardíacos, sobrecargas hepáticas, excitación del sistema nervioso, diversos tipos de cáncer.

Por otro lado es importante tener en cuenta que si se trata de consumir proteína animal es necesario procurar aquellos productos que no provengan de animales de cría intensiva.  Estos, ya sean vacas, pollos, gallinas, pescados, están alimentados con alimentos balanceados, en corrales o jaulas,  de manera que sus carnes están desnaturalizadas, con los consabidos problemas para nuestra salud, enfermedades hormonales, dificultades en la concepción, quistes, tumores, cáncer, problemas circulatorios, obesidad, diabetes etc.

Según un informe del Diario La Nación del 26 de octubre del 2015“Comer carne procesada, como salchichas, chorizos o jamones, puede provocar cáncer intestinal, mientras que el consumo de carnes rojas es una causa probable de la enfermedad, dijeron expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe publicado hoy, que podrían incrementar el debate sobre una dieta basada en estos alimentos.

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por su sigla en inglés), que es parte de la OMS, puso a las carnes como las salchichas y el jamón en su lista grupo 1, que ya incluye al tabaco, al asbesto y a las emisiones de diésel, para los que existe «suficiente evidencia» de vínculos con el cáncer.”

Lácteos industrializados

Los lácteos que la mayoría de las personas consumen, que se compran en supermercados y que son publicitados en los medios de difusión masiva están elaborados con leche de vaca a las que, en su mayoría, se les extrae mucha más de lo que la capacidad de su estructura puede dar, con máquinas apropiadas para ello. Este exceso de leche extraída genera una enfermedad de la ubre llamada mastitis, que es muy común en las vacas, por lo que se les da antibióticos, que pasan a la leche y a sus derivados.

También muchas vacas son alimentadas con pastos que son tratados con agroquímicos, de manera que las leches de dichas vacas también reciben estas sustancias.

Para que el rendimiento sea mayor, es decir que pueda extraerse una cantidad importante de leche, se les da  a los animales hormonas,  estrógenos, a través del alimento balanceado, que permiten un aumento rápido del tamaño del animal y además más producción de leche.

El exceso de estrógenos es consumido por la población a partir de la leche y sus derivados, siendo responsables de tantos desórdenes hormonales que hoy se padecen.

Es común saber de niñas que  menstrúan a los 9 ó 10 años, sino antes, de mujeres jóvenes con problemas de quistes y tumores en mamas y ovarios, también con fibromas uterinos. La incapacidad en la concepción, afecta a hombres y mujeres y los desórdenes en la menopausia parecieran ser normales, tomándose a ésta como una enfermedad y no como algo natural de la vida.

Por otro lado una vez extraída la leche, para lograr su conservación, se le adiciona productos químicos, así como a los quesos, manteca, cremas de leche, quesos crema.

Los lácteos descremados por el mismo proceso de industrialización pierden el calcio disponible. Los quesos duros concentran además un exceso de grasa y los quesos blandos para lograr esa consistencia contienen productos químicos nocivos para la salud humana que le dan la textura necesaria para ser un “queso crema” y además en el caso de los no descremados, contienen grasa en exceso. De manera que el consumo de lácteos industrializados es nocivo para la salud humana debido a la ingesta de químicos que traen severos problemas tales como disfunciones digestivas, respiratorias, alergias y problemas circulatorios que se generan, además, por el exceso de grasas y también por intolerancia que ciertas personas tienen a componentes propios de la leche.

Se consume lácteos y sus derivados diariamente y a veces en todas las comidas. En general la culinaria europea acostumbra poner lácteos en todos los platos, siempre se usa la leche, la manteca, la crema, los quesos crema y éstos pueden perfectamente ser reemplazados por otro tipo de ingredientes, dando buenos sabores y además ser beneficiosos para la salud.

El calcio más allá de cómo incorporarlo es importante tener en cuenta cómo evitar que se vaya del organismo. El consumo de alimentos acidificantes, tales como grasas animales, exceso de proteínas, exceso de dulces, exceso de comida y fundamentalmente estados emocionales tales como los generados por el estrés, quitan el calcio disponible del organismo, como así también otros minerales.

El calcio que la leche provee puede ser reemplazado por el consumo de verduras tales como brócoli, repollo, coliflor, algas marinas, semillas de sésamo, almendras, cáscara de huevo, frutas que contienen Boro, como peras y manzanas,  y que ayudan a fijar el calcio disponible en el organismo. Los cereales integrales, por un proceso de transmutación biológica transforman el silicio que contienen, en calcio.

En los países donde menos cultura en el consumo de lácteos existe (Japón) es dónde menos osteoporosis hay y justamente dónde más lácteos se consumen más osteoporosis hay (EEUU).

Un consumo moderado de derivados de la leche con poca grasa, como ricota orgánica y yogur orgánico puede hasta ser beneficioso en determinados momentos para la salud humana. Los lácteos de cabra son más apropiados de consumir por tener un tenor más bajo de grasa y por ser más alcalinos que los de vaca y por digerirse en menos tiempo que los de vaca.

Cafeína

Según el diccionario el significado de la palabra «Cafeína”, es: Droga estimulante que se encuentra en el café y el té.

La cafeína no solamente se encuentra en el café y el té sino también en la hierba mate, en la mayoría de las bebidas cola. Un vaso de bebida cola contiene el equivalente a seis cafés.

Es un estimulante del sistema nervioso central.

Crea hábito, provoca síntomas de carencia cuando se abandona su uso, como fuertes dolores de cabeza, náuseas  y causa dependencia, tanto física como psicológica.

También está implicada en:

Aumento del colesterol en la sangre con el café no filtrado, hervido.

La cafeína, aunque es un diurético suave, necesita 24 horas para pasar por los riñones y el tracto urinario. Más de una taza al día impone, a estos órganos, una carga muy pesada, y, si se consume con los alimentos, los obliga a salir prematuramente del estómago, interrumpiendo de esta manera la digestión y disminuyendo la movilidad de los intestinos.

Alimentos quimicalizados con el uso de plaguicidas, fertilizantes, colorantes, saborizantes


La producción de alimentos orgánicos, es uno de los emprendimientos que más crecimiento tiene en el mundo. La Argentina es el tercer productor mundial de este tipo de mercaderías, luego de EEUU, Méjico y Australia.

La demanda de los consumidores es alta debido a la difusión cada vez mayor de los beneficios que estos alimentos producen en la salud humana, así como los perjuicios que la química está generando.

¿Somos conscientes realmente de las desventajas de lo que comúnmente consumimos?

La Dra. Sherry Rogers, en su libro “Cansancio o intoxicación”, explica como los químicos del siglo XX han hecho y continúan haciendo estragos en la salud de los seres humanos. Muchas publicaciones de tantos libros, revistas, diarios, no solo alternativos, sino de venta masiva, nos muestran que  miles de enfermedades, desde las alergias más simples, hasta las más complejas, cistitis, infecciones diversas, problemas circulatorios,  cardíacos, quistes, tumores, cáncer, falta de energía, problemas de tiroides, depresión, cansancio crónico, irritabilidad, enojo, insomnio, mareos, artritis, laringitis, tienen su origen, entre otras varias causas, en el contacto con lo que la industria química fabrica, desde todos los insecticidas y fertilizantes que los alimentos contienen, hasta los conservadores, colorantes, resaltadores de sabor, aromatizantes…

Los alimentos orgánicos son aquellos cultivados en tierras no tratadas con fertilizantes químicos, sino con abono orgánico. Las  plantas y frutas no contienen insecticidas (con relación a esto es interesante saber que en Argentina por ejemplo, se utilizan  órganos fosforados y pesticidas  del tipo  de los que están prohibidos en EEUU y Europa, incluso muchos productores, que quieren exportar, por ej. manzanas y uvas han  tenido que pasarse a la producción orgánica para poder vender a otros mercados). Los alimentos orgánicos son aquellos  que en su elaboración, no existen conservantes ni ningún otro tipo de aditivo químico.

También son orgánicos aquellos alimentos  cuyas semillas no son modificadas genéticamente. Está comprobado que las semillas al tener en su genoma genes de bacterias que se convierten en insecticidas son en sí mismas insecticidas y luego los insectos y variedades de mariposas que toman contacto con dichas plantas terminan extinguiéndose (esto se comprobó en los EEUU). ¿Si es mortal para las mariposas puede ser inocuo para las personas?

Dentro de los productos químicos utilizados hoy con mayor intensidad en el campo está el glifosato. En estos campos  pastorean las vacas que luego son el ganado que nos ofrece la carne que consumimos, como así también la leche y sus derivados. La Organización Mundial para la Salud, declaró en junio del 2015 que el glifosato es cancerígeno.

Según un informe del Dr. Jorge Kaczewer, de la Universidad de Buenos Aires, publicado en Eco Portal, llamado: Toxicología del Glifosato: Riesgos para la salud humana, se hace mención al hecho que los herbicidas más comercializados en la República Argentina incorporan dentro de su fórmula al glifosato, en razón de que algunos cultivos transgénicos, como la soja por ejemplo, están manipulados genéticamente para desarrollar una resistencia a esa sustancia química. En su artículo El Dr. Jorge Kaczewer  pasa revista a los riesgos que esa sustancia conlleva para la salud humana (toxicidad, efectos cancerígenos y reproductivos, acción mutagénica y contaminación de alimentos).

“Según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) ya reclasificó los plaguicidas que contienen glifosato como clase II, altamente tóxicos, por ser irritantes de los ojos. La Organización Mundial de la Salud, sin embargo, describe efectos más serios; en varios estudios con conejos, los calificó como «fuertemente» o «extremadamente» irritantes. El ingrediente activo (glifosato) está clasificado como extremadamente tóxico (categoría I).

En humanos, los síntomas de envenenamiento incluyen irritaciones dérmicas y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, electrocardiogramas anormales y daño o falla renal.

El peso de las actuales evidencias científicas permite aseverar que la incidencia y severidad de diversos tipos de cáncer, malformaciones congénitas y trastornos neurológicos sería mucho menor si la población no estuviera expuesta a pesticidas a través de la dieta, el agua y el hábitat.”

Edulcorantes artificiales


Todo producto denominado “diet” o “light” contiene edulcorantes artificiales, especialmente Aspartame.

El aspartame es un químico utilizado como edulcorante (endulzante). En el mercado lo encontramos en una infinidad de productos “light” o “diet”, donde el azúcar es sustituida por este químico.

Es un producto genéticamente modificado, su molécula está formada por tres elementos (dos aminoácidos y un alcohol): la fenilalanina (50%), el ácido aspártico (40%) y el metanol (10%). La fenilalanina se descompone en una sustancia llamada diketopiperazina (DKP) que produce tumores cerebrales; es por esto que la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de los EE.UU., ordenó que todos los productos que tuvieran aspartame llevaran la leyenda “Fenilcetonúricos: contiene fenilalanina”. El ácido aspártico es un elemento que según algunos estudios puede llegar a ser cancerígeno en esta mezcla.

El tercer componente es el metanol, o alcohol de madera. Este alcohol, también hay estudios que determinan que puede dejar ciegos a los bebedores que llegan a consumir bebidas alcohólicas adulteradas o producidas de manera clandestina. El metanol (sin su antídoto natural, el etanol) se descompone dentro del cuerpo y se transforma en un formaldehído (acetona para las uñas). En la naturaleza no se encuentra el metanol solo, como en el aspartame, ya que siempre estará acompañado de su antídoto en proporciones desde 5 hasta 500,000 moléculas de etanol por cada molécula de metanol. Este también es el caso de los otros dos componentes, que son aminoácidos, pero nunca están aislados en la naturaleza.

Una vez dentro del cuerpo, el metanol ya descompuesto en formaldehído, para tratar de eliminarlo es almacenado en el tejido adiposo, y el resto es convertido en ácido fórmico, considerado por estudios diversos, como otro cancerígeno. Con cada sorbo de bebida “light” o “diet” o cualquier otro producto que contenga aspartame (goma de mascar, yogurt, cereales, alimentos, golosinas y hasta “medicinas”), se está consumiendo tres posibles cancerígenos: el ácido fórmico, el formaldehído y el DKP de la fenilalanina, entre otros muchos productos que son el resultado de la descomposición del aspartame dentro del cuerpo.

La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA), la máxima dependencia gubernamental estadounidense del ramo, reconoce que existen 92 síntomas asociados al consumo de aspartame, desde dolores de cabeza, migraña, dolor en las coyunturas, pérdida de la visión, mareos, ataques epilépticos, arritmia cardiaca y hasta la muerte.

Un estudio de 1998 de la Universidad de Barcelona, conocido como Trocho, prueba que el metanol se descompone en formaldehído dentro del cuerpo y que además se fija en el tejido del cerebro, los ojos y las coyunturas.

El Orden cotidiano en la alimentación


La salud de un ser humano es la consecuencia de la presencia de un estado de energía genuina, que permita desarrollar las actividades del día a día sin necesidad de estimulantes del sistema nervioso.

Es decir que la persona pueda sentir que sin el consumo de café, mate, té negro, gaseosas, exceso de grasas y azúcares, pueda tener la fortaleza necesaria y la lucidez para el desarrollo de sus actividades laborales, sus vínculos afectivos y todo su potencial creativo.

En este sentido puede ser de gran ayuda, el hecho de que las comidas más importantes sean  el desayuno y el almuerzo. Luego  en la medida que el día va transcurriendo las otras ingestas han de ir disminuyendo en cantidad, es decir la merienda y la cena.

Hay personas que necesitan hacer ingestas cada 2 horas en pequeñas cantidades, hay otras que necesitan hacer 4 ingestas diarias, otras tres y otras con 2 ya les es suficiente.

En la medida que una persona va haciéndose mayor la cantidad de alimento que ha de ingerir tiene que ir disminuyendo debido a que su capacidad desintoxicante  también disminuye, así como el hecho de que su metabolismo se hace más lento.

También esto ha de cambiar en función no solo de la edad sino de la época del año, si es invierno o verano. En verano se come menos naturalmente porque el calor implica una menor capacidad circulatoria y el hígado tiende a cargarse más.

En invierno es sabido que el apetito aumenta. Por otro lado si la persona desarrolla una actividad intelectual necesita alimento con mayor cantidad de carbohidratos complejos (cereales integrales) y proteínas, ya sean animales o vegetales y si lleva adelante una actividad física necesita mayor cantidad de proteínas y grasas (aceites de buena calidad, en la preparación de las comidas,  avena  y maíz, que son cereales con  un aporte mayor de  grasa, lácteos de buena calidad, huevo de buena calidad). Aunque siempre ha de consumir cereales integrales, pero con un aporte mayor de grasas y proteína.

Que el desayuno y el almuerzo sean las comidas más importantes tiene que ver con el hecho de que durante el día la capacidad de desintoxicar y asimilar es mayor. El día implica actividad, movimiento, la presencia del sol, aunque haya nubes igual está, significa acción, vida, movimiento, todos los procesos están en pleno desarrollo, la potencialidad, los procesos fisiológicos están vivos en plena actividad, con lo que la capacidad de absorción y eliminación que el organismo tiene es mayor.

La serotonina que es un neurotransmisor relacionado en los procesos de bienestar, energización, ganas, está presente con mayor potencia durante el día  y decrece a partir de las 18 ó 19 horas.

Esto explica el hecho de que los procesos de ansiedad, compulsiones, depresión y tristeza se hacen más notables a partir de la tardecita, cuando el día comienza a dar cabida a la noche.

Mientras la serotonina está presente con más fuerza, nuestra capacidad de absorción, nutrición, energía funcional, en general es mayor, hay más equilibrio en toda nuestra condición, además porque nuestros mecanismos de descarga están potenciados  en ese preciso momento.

A partir de las 18 ó 19 horas, al bajar la serotonina, cae la energía, la glucosa de la sangre disminuye, la necesidad de ingerir alimentos es mayor, los mecanismos de descarga disminuyen porque hay  menos movimiento, ha comenzado el ciclo de pasividad, la naturaleza toda en su conjunto comienza el momento de quietud, los procesos de ansiedad son mayores debido a la falta de movimiento, uno se enfrenta a la propia realidad interna, psicológica, los procesos relacionados con las enfermedades que uno estuviera padeciendo se hacen más evidentes. Cuando la quietud es mayor, deberíamos comer menos,  porque nuestra capacidad de descargar y digerir es menor.

De todo esto se infiere, la importancia en el  orden de la comida cotidiana y los horarios.

Se trata de ingerir mayor cantidad durante el día, menor durante la tarde y la noche.

Esto ha de producir un orden interno en todas nuestras funciones y una mayor energía genuina en nuestro sentir cotidiano. Ese orden ha de actuar permitiendo una mayor armonía en otras situaciones y aspectos de la vida.

El equilibrio químico


Cuando todos los nutrientes están presentes, carbohidratos, minerales, vitaminas, proteínas, grasas y agua, en proporciones adecuadas a las necesidades particulares de cada persona, hay un estado de mayor armonía interna y menos compulsión y necesidad de determinados alimentos.

Muchas veces ocurre que la necesidad de café, mate, alcohol, carnes, harinas, dulces, obedece al hecho de que nuestra ingesta es desequilibrada, al hecho de que no hay un orden en lo que se come y además en los horarios en qué se come.

Cuando la química está equilibrada la persona está serena, satisfecha. Equilibrar la química del organismo significa que existan los nutrientes necesarios para que nada esté descompensado. Por ejemplo que no falten carbohidratos de combustión lenta, que no falten verduras con un tenor mayor de alcalinidad, que siempre consumamos proteínas ya sean vegetales o bien algunas animales y de procedencia orgánica; que no falten frutas con bajo contenido en azúcar; también alimentos fermentados como miso, salsa de soja, chucrut, que no falten algas con su valor tan alto en minerales.  

Si ese estado es algo natural en uno, esto permitirá poder ver con profundidad los conflictos internos, ansiedad, excesos, adicciones, dependencias…

La química equilibrada del organismo, de nuestra sangre y nuestro medio interno, no es un fin en sí mismo, como tampoco lo es una buena alimentación. El fin, el objetivo mayor es la posibilidad que el ser humano tiene a partir de esto, de acceder a un estado de libertad, no en el sentido de hacer lo que quiere, sino de estar libre de ataduras, miedos, de poder verse, comprenderse y comprender a quienes le rodean.

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