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Embarazo y Parto Natural







Problemas actuales en la concepción, embarazo y parto


No hay duda alguna que el embarazo y el parto son los acontecimientos más importantes en la vida de una mujer y también de una gran responsabilidad, ya que de la salud psicofísica de los padres depende el bienestar y la salud de aquel a quien se ha de traer al mundo.

El hombre por su parte ha de participar , a la par de la mujer, desde el primer momento, ya cuando ambos han decidido tener un hijo, todo, desde la concepción, el embarazo, el momento de la parto y nacimiento, como así también el futuro cuidado de la salud y bienestar del hijo, ha de ser responsabilidad compartida por ambos padres. Este compartir entre ambos, madre y padre es lo que fortalecerá al niño y permitirá que pueda desarrollarse con plenitud.

En la época en que vivimos cada vez son mayores los problemas relacionados con la concepción. Muchas mujeres no pueden llevar a cabo naturalmente este proceso, ya antes de los 3 meses abortan involuntariamente, no pueden concretar el período normal de 9 meses; otras directamente no quedan embarazadas, otras durante los 9 meses permanecen más de la mitad del tiempo en cama y muchas, en el momento del nacimiento, tienen partos difíciles, con dolores exacerbados, complicaciones diversas y en la mayoría de los casos, cesáreas. También un fenómeno que es muy común en la actualidad es el problema de la esterilidad masculina. En la mayoría de los países desarrollados, el número de nacimientos es cada vez menor, lo cual implica un descenso llamativo de la natalidad, lo que a su vez genera un grave problema económico, puesto que todo está estructurado en función de una cantidad determinada de seres humanos activos y pasivos; al disminuir la cantidad de gente joven que produzca, esto genera un desequilibrio ya que no hay como sostener económicamente  a los pasivos.

Las mujeres por un lado no quieren asumir la responsabilidad de un embarazo y crianza de hijos, ya que al ocupar un rol tan activo en la sociedad, como el que hoy ocupan y tener que ser el sustento de la casa, junto con el hombre, se sienten desbordadas frente a tanta exigencia. Por otro lado, el motivo más importante, es que no existe la suficiente fortaleza física y psicológica para encarar todo lo que implica traer un niño al mundo.

Para vivir un embarazo normal, poder dar vida a un ser y a su vez vivir esta instancia disfrutándola, es necesario vivir de una forma menos artificial, más natural, no condicionado por las normas sociales, fundamentalmente aquellas que la medicina actual impone.

La forma apurada de vivir, la tecnología utilizada sin criterio, la necesidad de tener el máximo de seguridades, la necesidad de encontrar el placer a cualquier costo, el querer vivir con la mínima incomodidad, la necesidad de certezas, que a su vez genera la incapacidad de vivir con incertidumbre, todo esto, ha ido en detrimento de la salud humana. Las mujeres no tienen capacidad de concebir naturalmente debido a su debilidad física y psicológica, que le impide encarar los desafíos de la vida. Este debilitamiento, es producto, entre otras cosas, debido a la actitud frente a la alimentación, ya que se consumen alimentos desvitalizados, buscando como los niños, solo placer en cada comida. También la desvitalización pasa por el exceso de contaminación reinante, demasiadas horas frente a computadoras y televisores, es sabido que la contaminación electromagnética resulta ser abortiva, además de la vida sedentaria, de estar horas y horas sentadas. Los hombres por su parte están limitados en su capacidad de procrear debido al estrés, a su propio debilitamiento psicofísico y al consumo de hormonas femeninas presentes por ej. en los pollos, a tal punto que en Francia se ha prohibido el consumo de pollos de criadero por la cantidad de estrógenos que poseen, los cuales generan esterilidad masculina, lo mismo que muchos productos lácteos.

Las cifras en relación a la cantidad de cesáreas es cada vez mayor, incluso existen investigaciones donde es sabido que los fines de semana las cesáreas son mayores que durante la semana porque los médicos necesitan apurar el momento del parto para su propio beneficio y poder tener tiempo libre sábado y domingo.

Una nueva posibilidad


Debido a esta forma errada en que hoy se vive, es que también, de forma polarizada aparecen nuevas tendencias que implican una nueva forma de encarar la vida, menos artificial, menos violenta, en relación al nacimiento, una forma natural, siguiendo la naturaleza y la propia naturaleza, donde el embarazo pueda ser vivido con serenidad, con gozo, libre de complicaciones, libre de la carga de miedo y dolor que en general se le da, no considerándolo como a una enfermedad, como suele ocurrir y dónde el acto de dar vida, de nacer se convierta en aquella experiencia diáfana y amorosa que merece ser.

Existen hoy en día, en el mundo entero, lugares y médicos dedicados a ayudar en este sentido, cuidando a la mujer en su período de embarazo, lo mismo que haciendo activa la presencia del padre y preparando a ambos para poder realizar el parto de forma natural, a veces hasta en su propio domicilio, obviamente ayudados por personas especializadas.







Cuidados a tener a tener en cuenta durante el embarazo







La alimentación


Muchos médicos naturistas y dedicados a la asistencia de las mujeres durante el embarazo hacen alusión al hecho que el cuidado por la salud del futuro hijo comienza, por lo menos, dos años antes de su nacimiento. Todo lo que la madre y el padre ingieren va repercutir en la salud del niño.

Varios son los problemas que aparecen en las mujeres embarazadas, constipación, carencia de minerales, problemas circulatorios, edematizaciones por retención de líquidos y mal funcionamiento de los riñones.

Para poder prevenir este tipo de problemas, anterior al momento de la concepción, es necesario comenzar a realizar una alimentación vegetariana, ya que prescindiendo de las carnes se genera una mayor sensibilidad, una mejor activación circulatoria y los órganos como intestino, hígado y riñón van a funcionar más equilibradamente.

Para evitar la constipación es necesario descartar harinas blancas, carne de vaca, pollo, quesos, grasas animales en general e incorporar, arroz integral, trigo integral (en forma de harinas, pan), avena, salvado de avena y germen de trigo. Es necesario consumir no demasiado pan para evitar la congestión digestiva que éste genera, ya que su exceso genera mucosidades que se acumulan en los órganos. Para mover bien el intestino es necesario consumir cereales integrales: arroz integral, avena, salvado de avena y el germen de trigo, variando cada día. Para incorporar hierro: consumir: mijo, damascos secos, dátiles, queso de soja, miso, legumbres (poroto aduki, garbanzos, lenteja, poroto negro), cebollita de verdeo, espinaca, acelga, yogur y ricota casera orgánica.

Para ayudar en la función circulatoria consumir verduras de todo tipo, tratando de que siempre en cada plato haya una roja, blanca y verde. Evitar carnes, lácteos industrializados y café, té negro y mate, ya que estos alimentos segregan mucha adrenalina que por un lado roba minerales y por otro retiene sodio, con lo cual los riñones no funcionan bien y se generan hinchazones.

Por otro lado es necesario habituarse al consumo diario de frutas de estación que benefician la función circulatoria y que además por su contenido en boro ayudan a fijar el calcio; y también el de cereales integrales que ayuda a tener la cantidad necesaria de ácido fólico, hoy se sabe que la falta de éste es causal de espina bífida. No es necesario consumir el ácido fólico como suplemento ya que éste se encuentra en los cereales integrales.

Consumir té de semillas de habu para evitar constipación, té verde y té bancha como aporte de minerales, té de de porotos aduki y semillas de habú para equilibrar la función renal y evitar edematizaciones, té de canchalagua para activar la circulación sanguínea. Evitar canela por su efecto abortivo. Consumir arroz integral glutinoso, llamado arroz moti para generar más leche en el momento del amamantamiento, lo mismo que té de anís verde. Estas indicaciones son válidas si se llevan a cabo dentro de un esquema global de tratamiento, dónde se eliminan los alimentos contraproducentes y se incorporan los alimentos naturales mencionados. No se encontrará ningún resultado, si se lleva una alimentación desordenada y de tanto en tanto se toma por ej. un té de semillas de habu o té verde.

Tratamientos especiales


Uno de los tantos tratamientos útiles durante el embarazo que ayudarán a generar una buena irrigación sanguínea en la zona baja del abdomen, útero y pelvis, son los baños de asiento con agua fría. Estos baños han sido recomendados por los doctores naturistas Eduardo Alfonso y Manuel Lezaeta Acharán, en sus libros: “Curso de Medicina natural” y “La medicina natural al alcance de todos”, respectivamente. Muchas mujeres que los han llevado a la práctica comentan de los beneficios de los mismos y de cómo se alivian las contracciones en el momento del parto, habiéndolos realizado. Consiste en llenar el bidé con agua fría y sentarse durante 20 minutos diariamente. Puede comenzar a hacerse con agua tibia hasta llevarla al agua fría. La parte de arriba del cuerpo debe permanecer abrigada. Con un trapito se va mojando la zona genital, refrescando constantemente la vagina, sin tener frío, cuando éste aparece se suspende el baño. Es importante realizarlo lejos de las comidas y habiendo hecho algunos ejercicios físicos previamente. Este baño genera una muy importante activación circulatoria, incluso es aconsejado en caso de infecciones vaginales y cistitis.

Meditación y posibilidad de conexión con el bebé


Cuando nos referimos a la meditación queremos hacer referencia a la posibilidad de conexión profunda con uno mismo, para ello es necesario darse tiempo y espacio, ya que  no puede haber bienestar físico y psicológico sino se comprenden los mecanismos de la mente. Traer un hijo al mundo es un acto de suma responsabilidad, y todo nuestro bagaje de miedos e inseguridades le serán transmitidos, como así también nuestras virtudes y comprensiones. De manera que es necesario poner el acento en aquellas cosas que nos perturban, que nos quitan libertad y ver si nos es posible comprenderlas. Llevar adelante un embarazo sereno, libre de complicaciones y alejado de las pautas sociales existentes, solo ha de ser posible adentrándose de lleno en los miedos, tener el coraje de poder verlos, comprenderlos, trabajarlos, ya que no es tarea fácil enfrentar una sociedad que funciona casi en su mayoría con pautas intervencionistas, que benefician al médico más que a la parturienta, que se basa solo en la tecnología como forma de conexión con el bebé y en el uso de medicamentos ante cualquier malestar por pequeño que éste sea. Por otro lado, nuestros miedos más profundos se van transmitiendo de generación en generación si no nos comprometemos seriamente en verlos, en entenderlos, se seguirán perpetuando eternamente, por lo cual el futuro de la humanidad también depende de nuestra actitud de hoy frente a nuestros conflictos. Para ello es importante que nos tomemos un espacio de tiempo diario y dejemos que se expresa nuestro sentir más profundo, el miedo a la muerte, a estar solos, a no ser queridos, a la enfermedad, a no ser reconocidos y valorados, a que nos juzguen, a pasar desapercibidos, ver todo lo que esto nos genera y mirar lo que se expresa con mucho afecto, cariño, amorosamente, sin juicio, sin reproche, dejar que aflore todo lo que hay metido adentro y mirarlo sin enojo. Todo lo que se expone, lo que se deja salir, si no está el rechazo, el análisis, la justificación o el enojo, termina secándose, disolviéndose.

El embarazo es un momento de plenitud para la mujer, todas las hormonas están actuando de manera de potenciar su ser femenino, es como que la naturaleza se pone al servicio de una, es uno de los momentos de la vida en que se tiene la posibilidad de ser “Madre Naturaleza”, de acoger en el propio seno, de ser lo máximo de receptiva posible, de estar en sintonía con la Naturaleza, con la Tierra, con el Universo y es durante ese período en que la sensibilidad de la mujer se agudiza por completo llegando a su máxima potencialidad. Entonces, es posible ahí, conectarse con el ser que se va gestando desde un lugar más sutil, más sensitivo, aprovechar para comunicarse con él, sintiéndolo, más allá de la vista o el tacto.

El desarrollar las actividades que a uno más le gusten en ese momento redundará en beneficio del bebé y de su futura personalidad, será alegre, feliz, cuanta más endorfinas segregue la madre (hormonas de la felicidad), éstas serán transmitidas al bebé y sin duda moldearán su personalidad.


… El embarazo es un momento de plenitud para la mujer, todas las hormonas están actuando de manera de potenciar su ser femenino, es como que la naturaleza se pone al servicio de una, es uno de los momentos de la vida en que se tiene la posibilidad de ser “Madre Naturaleza”…

Ejercicios respiratorios


Los ejercicios respiratorios ayudan a nutrir el sistema nervioso y permiten que todos los órganos del cuerpo funcionen adecuadamente, además contribuyen a alcalinizar la sangre que por efecto de la adrenalina que segregamos se acidifica y con una sangre acidificada es difícil generar una buena relajación. La mujer embarazada ha de practicar distintas técnicas de relajación, para nutrir su sangre,su sistema nervioso, la del bebé que lleva dentro de sí y prepararse anímicamente para que el parto sea lo más natural y sosegado posible. Cuanto más serena ella se encuentre más contribuirá a su propia salud y a la del bebé por nacer.

Lo ideal es practicar distintas técnicas de respiración, diariamente durante el embarazo, que impliquen una buena oxigenación y también una buena eliminación del anhídrido carbónico, lograr además, que el aire llegue lo más abajo posible, al abdomen, para energizar esa zona. También es importante practicar respiraciones en la zona del pecho para que en el momento del parto ayudan a aflojar el abdomen en el momento de las contracciones. La práctica del jadeo es necesaria para que en el momento del parto la mente quede más tranquila buscando que la concentración y la atención se desconecten de la zona del útero y así, todo el sistema psico-físico quede bien relajado.

Ejercicios físicos


Una de las recomendaciones que la mayoría de los médicos que atienden naturalmente a las mamás que van a parir de forma natural es que hay que aprender a acuclillarse para orinar y defecar, tal como lo hacían las tribus amazónicas. La postura en cuclillas genera muchos beneficios, es una descarga muy fuerte a tierra, flexibiliza los músculos y articulaciones de la zona baja, permite que la energía de todo ese lugar se mantenga libre de bloqueos, es sabido que las mujeres que adoptan estas posturas para hacer sus necesidades e incluso en el acto amoroso, nunca hacen quistes en sus ovarios, fibromas, ni cánceres y tienen sus partos naturalmente, libre de complicaciones. Se ha observado que cuando alguna de estas mujeres se traslada a lo que se llama la civilización occidental y se sientan a la manera tradicional, comienzan sus problemas de salud en la zona baja.

Muchos ejercicios de yoga ayudan a flexibilizar y dar apertura  e la zona pélvica y de las ingles. El Dr. Jorge Díaz Walker, en su libro “Nacer en casa”, dice que, “siendo que el trabajo de parto se centra en la pelvis y el útero, el objetivo de la preparación para él, tiene que centrarse en ayudar a esas partes a ser más eficaces”. Hay un ejercicio muy simple llamado del “ascensor”, que puede hacerse en cualquier momento y lugar. Se trata de apretar gradualmente los músculos alrededor de la vagina, el área perineal y luego aflojarlos, también gradualmente. Si se puede parar la orina apretando los músculos vaginales, se sabrá de qué se trata este ejercicio. Primero se cuenta hasta 6 y luego ejercitándose hay que tratar de llegar hasta 10.

Según el mismo autor, otro ejercicio importante para aprender a relajar es: “Acostarse de espaldas al piso con almohadones debajo de la cabeza y las rodillas. Primero se relaja todo lo que se puede todos los músculos y luego, empezando con los dedos de los pies, se comienza a contraer uno por uno. Primero los dedos de los pies, luego los pies, luego pantorrillas, muslos, vagina, recto, abdomen, pecho, hombros, cuello y cara. En el momento en que se llega al cuero cabelludo, todo el cuerpo es un cúmulo de músculos tensos, ahí hay que invertir el proceso. Empezando por el tope de la cabeza se relaja músculo por músculo hasta que cuando se relajen los músculos de los pies una se sienta completamente blanda. Este ejercicio debe hacerse por lo menos una vez al día. Estas y muchas más técnicas de relajación y de ayudar a flexibilizar y tonificar el cuerpo están descritas en el libro antes mencionado.


Cuanto más serena ella se encuentre más contribuirá a su propia salud y a la del bebé por nacer.

El momento del nacimiento


Durante las dos primeras horas luego del nacimiento, es cuando se fija la impronta de la primera experiencia de ese vínculo externo entre mamá y bebé. En este momento, mamá-bebé interactúan con gran lucidez en el «re-conocimiento mutuo». El bebé se ve estimulado a través del olfato, el sonido externo de la voz de su mamá, el contacto con la piel y la unión perfecta entre su boca y el pezón de su mamá. Esta primera experiencia es la adecuada reproducción externa de esa íntima unión biológica y psíquica que se venía gestando. El calor de los brazos de la mamá, su olor, sus caricias, sus palabras cariñosas y la maravillosa bajada del calostro componen el momento más trascendental y único de la vida humana.

Está demostrado que los primeros días mamá y bebé necesitan un contacto corporal frecuente y estrecho. Esto es una necesidad vital para ambos frente a la separación física que sufrieron. Estando piel a piel ambos comenzarán a comunicarse profundamente y a conocerse íntimamente, constituyendo una piel común que permite a la madre entrar en resonancia con las sensaciones, afectos y ritmos corporales de los dos.

El tacto es el sistema sensitivo más maduro durante los primeros meses de vida y la piel es el órgano más extenso, el más sensible y nuestro primer medio de comunicación con el exterior. Es así como al ser tocados por otra piel, la de la mamá, que le sirve de límite y de marco de contención, los bebés comenzarán a recibir múltiples y variados beneficios:

  1. Su piel se coloniza con las bacterias que la madre posee en su piel previniendo así al bebé de contraer las enfermedades que tuvo la madre ya que ahora él posee esos anticuerpos.

  2. A través de los poros el bebé capta todas las sensaciones; tocar y acariciar es una forma de decir «te quiero» al bebé.

  3. Provee seguridad en si mismo que lo alienta a seguir creciendo y desarrollando su natural tendencia a explorar.

  4. Le confiere un sentimiento gratificante de confianza en el mundo.

  5. En los bebés prematuros se observa un mejor aumento de peso, mayor actividad motora y una mayor capacidad para enfrentar situaciones de stress.

  6. Experimentan un mayor desarrollo mental y su sistema nervioso madura más rápidamente.

  7. Estudios demostraron que el tiempo de llanto es menor en los bebés que están más tiempo en brazos de sus padres.

  8. La madre aprende a decodificar en forma más fina las necesidades de su bebé.

  9. Al entretejerse piel a piel con la mamá el bebé recibe nutrientes afectivos que le permitirán crecer sano y feliz.

  10. Los aprendizajes que se llevan a cabo durante la gestación externa se asientan en su mayoría en la piel que va a conservar la memoria de todo lo vivido.

En la piel está la base primordial del psiquismo humano más profundo y en el contacto la forma más sencilla de llegar a lo interior del otro. Esto que han estudiado tantos especialistas, las madres lo sabemos hacer de un modo intuitivo y accedemos a este nivel de comunicación tan profundo a través de las caricias. Al tejerse piel a piel el niño aprenderá a integrar el amor sintiendo:

«me han amado por eso soy digno de amor,

el mundo es algo bueno en lo que se puede confiar

y yo me siento bien, puedo dar y recibir».







La vivencia de Constanza


Nos pareció importante poder transcribir, a continuación, la vivencia de una mamá que tuvo a su bebé de la forma más natural posible. La vivencia de Constanza fue armónica, producto de su trabajo interior para que así sea, no fue obra de la casualidad, sino de un compromiso frente a la vida y a ella misma, lo mismo que el de Matías, su pareja. Tuvieron que estar muy firmes frente a lo que los rodeaba, opiniones de familiares, amigos y de la medicina convencional, para poder llevar adelante esta experiencia de forma no violenta:

“¡Hola Oli, bienvenida a este mundo!


Hace recién algunas horas que naciste, Olivia, pero siento que te conozco desde hace mucho tiempo, como una gran amiga que viene de visita.

Apenas nos enteramos con tu papá que ibas a venir a este mundo, quisimos prepararnos bien para recibirte, pero no fue tan fácil…. Todos los obstetras que visitábamos no nos convencían. Seguían aún con la vieja escuela muy intervencionista, donde el protagonista es él y no el bebé que está por nacer; seguían con la idea que la mujer tiene que parir en posición horizontal, cosa que es muy cómoda para ellos, ya que lo único que tienen que hacer es sentarse cómodamente y recibir al recién nacido, sin tener en cuenta que en esa posición lo único que se logra es estar en contra de la gravedad. Tendríamos que aprender más de culturas antiguas, como las indígenas, en donde las mujeres paren de cuclillas, haciendo uso de todo el potencial, no solo de la ley de gravedad, sino de una mayor apertura del canal del parto. Fue también difícil acordar en que no queríamos que me afeitaran el pubis ni que me hicieran una enema, prácticas también de rutina en la mayoría de los hospitales y clínicas. Lo más llamativo era que cuando con tu papá cuestionábamos un poco estos procedimientos, el doctor admitía sin mucho empacho que en realidad se podían omitir sin demasiado problema! El problema, justamente, creo yo reside en que la mayoría de las mamás lamentablemente no tienen acceso a la información de cuales son sus derechos en la sala de parto; lo que les dice el médico es ley y ya… Las mamás tenemos que empezar a averiguar un poco más, cuestionar, decidir, ¡quién mejor que nosotras para saber lo que nos está sucediendo!

Por suerte durante tu gestación conocimos a un médico que hace medicina bioenergética, que nos abrió todo un nuevo panorama en la preparación pre-parto. Gracias a sus charlas y ejercicios me pude conectar con la más íntima esencia de tu ser y de mi relación con vos; a veces era como que realmente te estuviera viendo en mi panza, y compartías con nosotros tu crecimiento. No fue fácil, pero lentamente empecé a tomar confianza en mis percepciones, confianza que, con el avance de la ciencia y la civilización se va perdiendo y a la vez depositando en el otro, en el médico, en los estudios complementarios de rutina, etc.; se va generando así una distancia muy grande entre la mamá y el hijo que está gestando; tanto es así que pareciera que es necesario verificar la presencia de nuestro hijo con la imagen ecográfica.

Pude explorar otros canales de comunicación con vos; pude ver que me podía comunicar y conocerte de un modo muy profundo aunque no hubiera palabras o pensamientos de por medio, como acostumbramos a hacer los adultos. Puede también trabajar mis miedos, para evitar en lo posible que ellos inmovilicen y tensionen áreas musculares y regiones enteras que de este modo me apartaban de los cambios internos que me estaban sucediendo.

Tenemos que aprovechar que éste es el momento en que espiritualmente estamos más perceptivas, sensibles y con la emoción más a flor de piel para dar rienda suelta a nuestras percepciones.

También era importante trabajar más a fondo el tema del miedo al dolor. Saber que el dolor en este caso antecede al nacimiento del ser anhelado; que no se puede comparar con otros dolores, como un dolor de muelas o una apendicitis, este es un dolor que trae vida; creo que hay que conectarse con nuestro cuerpo íntimamente, saber el por qué del dolor. Imaginarnos a nuestro útero trabajando para abrir paso a nuestro hijo, contrayéndose y dilatándose. Muchas veces no se le dá la confianza suficiente a las mamás, y se les recomienda que mejor no sufrir, que con anestesia van a disfrutar el parto, sin aclararles los pros y contras de dichas intervenciones. Yo personalmente creo que disfrutar el parto significa participar del mismo, con cuerpo y alma, sentir como va naciendo mi hijo, poder tomar las posiciones que mi cuerpo me va dictando para que el bebé se vaya acomodando y pasando por el canal del parto naturalmente. ¿Cómo se puede participar y vivenciar el nacimiento de tu hijo, algo tan esperado, si estás acostada e inmóvil en la camilla, con un monitor fetal en la panza y un suero en el brazo, pujando cuando el médico te dice y no cuando vos lo crees oportuno?.

Por suerte luego de una larga búsqueda, apareció una doctora con la cual hablábamos el mismo idioma, realmente fue un alivio, no tenía ganas de que llegara el momento del parto y tuviera que estar luchando y negociando lo previamente hablado. Ella me comentó que las nuevas tendencias eran efectivamente, de la menor intervención posible, que había que respetar el espacio mamá-bebé.

Mi estímulo fuerte, con el parto de tu hermana, fue saber que yo, al adoptar diferentes posiciones y respirar profundamente para oxigenarla, estaba favoreciendo su descenso y trabajando a la par de ella para abrirle camino y llegar a la salida.

Otra área en la cual trabajamos mucho fue la de la dieta. Con el embarazo de tu hermana, aunque ya tenía bastante conciencia de lo que significa alimentarse bien, igual sufrí los típicos trastornos del embarazo: constipación, hemorroides, edema en los pies, aumento de peso excesivo. Esta vez me propuse intentar hacer las cosas diferentes; estaba convencida que había un modo mejor de pasar los nueve meses. Así fue que fuí a visitar  a un orientador macrobiótico, que me orientó en qué debía comer y en qué no. A pesar que no pude seguir su dieta macrobiótica al pie de la letra, igual el cambio fue asombroso. Tenía una energía que hasta a veces me sorprendía, ¡pensá que también tenía que cuidar y atender a tu hermana que solo tenía en ese entonces 2 años! Estaba sorprendida que a pesar que jamás me quedaba con hambre, aumentaba el peso que debía. También ayudó mucho las caminatas que hacíamos con tu papá y tu hermana. Por suerte el clima estaba lindo, así que día por medio salíamos de caminata para las sierras, a disfrutar del paisaje y del aire puro.

La mañana de tu nacimiento comenzó con contracciones intensas; yo sabía que ibas a venir pronto. Con Mati nos subimos al auto y llegamos a la clínica. Allí hemos tenido que luchar para que se hicieran valer nuestros derechos y deseos, cosa que no fue sencilla. Las enfermeras a toda costa me querían acostar, y yo sentía que si paraba de caminar me iba a desmayar del dolor, ya para esa altura las contracciones eran realmente fuertes. Por suerte enseguida llegó la doctora que me atendía y ahí nomás me hizo tacto, y cuál fue su sorpresa cuando toco tu cabecita, ¡Estabas allí, lista para enfrentar tan importante paso! Me subí a la camilla y Matías se sentó detrás de mí sosteniéndome la espalda así yo podía estar en una posición semi sentada. Todo estaba listo, no habían ruidos extraños ni luz artificial que te lastimara los ojitos. En dos pujos saliste: primero la cabecita y luego el cuerpo. ¡Que momento indescriptible!

Apenas naciste te agarré y te puse en mi pecho,¡Que sensación tan agradable! Sentir tu cuerpo calentito y resbaladizo contra mí fue unas de las sensaciones más plenas que he tenido. Quería transmitirle a través del contacto con mi piel que este nuevo mundo al que acababas de llegar no es peligroso y amenazante sino algo cálido y seguro.

Es inconcebible que aún hoy en día en muchos hospitales separen a la mamá y al bebé apenas este nace, lamentablemente se les hace creer a las mamás que su bebé va a estar mejor en la nursery que con ellas, qué mejor que descansen, que ya les va a tocar un baile bárbaro cuando el bebé vaya a la casa, que aprovechen ahora para descansar…

Yo me sentía la única capaz de percibir lo que vos necesitabas; cada movimiento que hacías para mi tenía un sentido. Es importante que todas las mamás se den cuenta que son capaces de esto, solo tienen que acariciar a sus bebés para darse cuenta.

Tu nacimiento desde la primera contracción hasta el último pujo duró nada más que tres horas. Yo me sentía tan bien que le pedí a la doctora que me diera el alta, así que esa misma noche vinimos con vos a casa. Me parecía increíble, sentirme tan bien tan pronto!

Al otro día empezaron a llegar nuestros amigos y amigas para conocerte; todos venían con algún regalito hecho por sus propias manos, un parcito de medias tejido, un gorrito, un pan para que los papás nos recuperáramos del cansancio.

¡¡¡Y nosotros tres…con la alegría de saberte ya parte de nuestra vida!!!…


En esta oportunidad daremos la receta de Bollitos de Arroz Moti con Manzana y Pasas, ya que este tipo de arroz, llamado también arroz glutinoso, que se consigue en almacenes naturales que venden productos para dietas macrobióticas, beneficia el período de amamantamiento ya que genera la posibilidad de segregar más leche materna. También prepara a la futura mamá durante el embarazo en la posibilidad de tener la suficiente leche una vez nacido el bebé. Es muy energizante y nutritivo.


Referencias y datos útiles

Av. Maipú 1485, 1°B, Vicente López, Buenos Aires, T.E.: 011-4795-6802

2)Licenciada Viviana Tobi: Natal, Centro para la Mater-Paternidad, tobinatal@ciudad.com.ar

Charcas 4049, P.Baja , Depto. A, Buenos Aires,T.E: 011-4831-7412

3)Carlos Burgo: Santa Fè 5380 8ºD, Buenos Aires,T.E: 011- 4772-2211/ 4582-2781.

4)Ver portal : www.planetamama.com

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