El mes de agosto y hasta que llegue la primavera, aproximadamente entre el 20 a 25 de setiembre, en la naturaleza todo comienza a brotar. Comienza el ciclo de expansión, a salir afuera lo que estuvo guardado, invernando.
En ese brotar, nuestro organismo también comienza a sacar afuera lo acumulado durante el invierno. Especialmente la grasa que el organismo generó para protegerse del frío y también por haber consumido preparaciones hechas con más aceite, más proteína, que la que se suele consumir en primavera y verano.
A este período, se lo denomina la quinta estación. En esta época aparecen con más frecuencia, congestiones, gripes, resfríos, alergias, exigencias circulatorias, infecciones en general, cambios en el funcionamiento intestinal.
Consejos para acompañar este momento
Oxigenarse más, es decir, permanecer más tiempo al aire libre, manteniendo respiraciones pausadas y conscientes.
No exigirse, ni esforzarse por ningún motivo.
Buscar momentos de introspección. Observar cada pensamiento, no dejarlo pasar sin comprender el motivo subyacente. Observar los miedos, sin juicio, solo saber que están y aprender a convivir con ello.
Utilizar menos aceite en la preparación de verduras, cereales, legumbres, pescados…
Consumir una porción mayor, pero moderada de ensalada, en relación a lo que se venía consumiendo. Especialmente achicoria o radicheta, zanahoria, apio, ajo tostado.
No utilizar aceite crudo como condimento, solo limón, salsa de soja apenas o sal marina.
Evitar exceso de harinas, azúcares, quesos, yogur.
Incorporar pescado de mares profundos. Se recomienda cocinarlos en forma de estofado, para que el intestino absorba mejor los nutrientes.
Consumir té de diente de león, cardo mariano, carqueja. Estos son de gran ayuda para fortalecer el hígado, que junto con el corazón, son los órganos a cuidar con más importancia en estas época.
Consumir miso en la sopa de zapallo, nabo y verdeo. Lo ideal es cocinarlo tres minutos como forma de fortalecer al intestino y al sistema circulatorio.
Evitar el exceso de grasas y sal.
Consumir hongo shitake, algas Kombu y ciruelas umebsohi. Son muy útiles para mineralizar al organismo y utilizarlas en la cocción de los cereales.
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