Queridos amigos:
En esta oportunidad nos interesa transmitirles alguna información y nuestro parecer con relación a los llamados Químicos del siglo XX.
El domingo pasado en la sección Negocios del diario La Nación salió una nota cuyo título es: “Los productos orgánicos escapan a la recesión”, informando además que la Argentina es el tercer productor mundial de este tipo de mercaderías, luego de EEUU, Méjico y Australia. En Argentina, tanto Carreffour, como Jumbo, Norte, Coto y ahora Disco, tienen un sector dedicado a la venta de productos orgánicos, que incluyen hortalizas, frutas, huevos, carnes blancas y rojas, azúcar, te en hebras, arroz, polenta, etc.
Es evidente que la necesidad en el consumo de este tipo de productos va creciendo y que la Argentina no escapa a esta corriente, si bien muchos productores solo exportan ya que el consumo local es aún muy incipiente.
¿Estamos conscientes realmente de las desventajas de lo que comúnmente consumimos?
La Dra. Sherry Rogers, en su libro “Cansancio o intoxicación”, explica como los químicos del siglo XX han hecho y continúan haciendo estragos en la salud de los seres humanos.
Muchas publicaciones de tantos libros, revistas, diarios, no solo alternativos, sino de venta masiva e incluso información obtenida a través de Internet, nos muestran que miles de enfermedades, desde las alergias más simples, hasta las más complejas, cistitis, infecciones diversas, problemas circulatorios, cardíacos, quistes, tumores, cáncer, falta de energía, problemas de tiroides, depresión, cansancio crónico, irritabilidad, enojo, insomnio, mareos, artritis, laringitis, tienen su origen, entre otras varias causas, en el contacto con lo que la industria química fabrica, desde todos los insecticidas y fertilizantes que los alimentos contienen, hasta los conservadores, colorantes, resaltadores de sabor, aromatizantes.
También en el contacto con los formaldehídos que encontramos en las alfombras, en los pegamentos de las mismas, en los materiales de construcción, caños, tubos, en las pinturas de paredes y maderas, en las ropas sintéticas, en los productos utilizados en tintorerías, en los productos de limpieza, desodorantes, shampoos, dentífricos, acondicionadores de aire, escapes de autos e industrias, colchones, almohadas, tinturas, cigarrillos, en la inhalación de gases tóxicos, en el contacto con el aluminio (causante, entre otras cosas del mal de Alzheimer).
En EEUU sé esta investigando en lo que hoy se da en denominar: “Sistema desintoxicante”, que tiene su función al igual que el sistema digestivo o el circulatorio y se ha llegado a la conclusión que el ser humano no tiene capacidad de descargar tanta sobrecarga química. A tal punto que uno de los problemas graves que hoy existen en el país del norte es que los cementerios no tienen lugar para alojar más muertos ya que los cuerpos no se biodegradan, puesto que están sobrecargados de química y por lo tanto no dejan espacio para otros cadáveres.
Algo importante de entender es que no solo entra al flujo sanguíneo lo que se incorpora por nuestra boca sino también aquello que entra a través de las vías respiratorias y aquello que roza nuestra piel.
Parece ser que los lugares más contaminados son los shopping, los hospitales, los aviones y los aeropuertos y también los edificios inteligentes, porque en todos ellos existe exceso de productos de limpieza, ambientes con aire acondicionado, materiales de construcción con formaldehídos.
¿Qué hacer entonces si uno vive rodeado de este tipo de materiales y productos?
La contaminación ambiental puede contrarrestarse a partir de una vida más sana, ingiriendo alimentos orgánicos del tipo de cereales integrales, legumbres, semillas, frutas y verduras. Todos estos alimentos actúan como antioxidantes combatiendo los radicales libres que se generan producto de la contaminación. Por otro lado la actividad física también ayuda alcalinizando la sangre, generando una importante activación circulatoria que permite, debido a una buena respiración y al movimiento, eliminar y descargar aquellos elementos nocivos para la salud.
Aún viviendo en las grandes ciudades es posible acercarse a los lugares con mucha arboleda, ir en bicicleta a las reservas ecológicas, en fin, buscar la manera de estar cuanto más se pueda en contacto con el verde, árboles y plantas, ya que estos modifican la calidad del aire que respiramos y nos llenan de energía vital, imprescindible para contrarrestar tanto cemento y tanta química.
Con relación a los alimentos, la importancia que sean productos orgánicos está en el hecho en que las tierras donde se cultivan dichos productos no estén tratadas con fertilizantes químicos, sino con abono orgánico, que las plantas y frutas no contienen, insecticidas (con relación a esto es interesante saber que en nuestro país se utilizan muchos órganos fosforados y pesticidas del tipo de los que están prohibidos en EEUU y Europa, incluso muchos productores, que quieren exportar, por ej. manzanas y uvas han tenido que pasarse a la producción orgánica para poder vender a otros mercados), y que en la elaboración de los mismos no existan conservantes ni ningún otro tipo de aditivo químico.
Es posible consumir todos productos orgánicos hoy en la Argentina. También son orgánicos aquellos alimentos cuyas semillas no son modificadas genéticamente. Está comprobado que las semillas al tener en su genoma genes de bacterias que se convierten en insecticidas son en sí mismas insecticidas y luego los insectos y variedades de mariposas que toman contacto con dichas plantas terminan extinguiéndose (esto se comprobó en los EE.UU). ¿Si es mortal para las mariposas puede ser inocuo para las personas? En la Argentina es posible adquirir productos orgánicos en lugares como “La Esquina de las Flores”, en “Demetria” en los supermercados mencionados anteriormente y Ud. puede consultar, además las páginas de Internet a las que haremos referencia al final de esta nota.
Respecto a la ropa es posible utilizar aquellas confeccionadas con materiales como algodón, lino, seda, lana pura, por supuesto dentro de las posibilidades. Existen indumentarias para poder generar ese cambio. Se trata que en el momento de ir a comprar elegir aquellas de materiales nobles, libre de sintéticos.
Con respecto a la cosmética hay algunas líneas en el mercado como las de Welleda cuya elaboración es totalmente natural y orgánica. Hay que ser muy cuidadosos con los desodorantes ya que hay mucha información con relación al hecho que estos pueden generar severos problemas en las mamas al impedir que se produzca la transpiración. Es útil incorporar aceite de coco (no mancha la ropa) con algunas gotas de aceite aromático de marca Justo Gaia. Hay que ser muy cuidadoso con las tinturas para el cabello, existen alternativas naturales para esto «¡las canas también quedan bonitas!»
Aquel que en algún momento tenga que construir o refaccionar una casa es aconsejable utilizar pisos de cerámica, madera, pinturas no sintéticas, alfombras de materiales nobles, que no impliquen el sistema de moquete. Existe hoy en vías de desarrollo una nueva tendencia con relación a la Arquitectura, llamada Arquitectura ecológica que apunta a la utilización de materiales que no sean nocivos para la salud humana y para el medio ambiente.
Con relación a los productos de limpieza: ¿es necesario tanto consumo de este tipo de productos o esto obedece a una manía impuesta por los medios de comunicación para que compremos tal o cual producto y todo BRILLE? ¿Porqué buscamos tanto que todo lo de afuera brille, tendrá que ver con nuestra dificultad en limpiar sentimientos, pensamientos, acciones?
Se ha comprobado que muchas enfermedades alérgicas y el mismo asma tienen que ver con el hecho que la inmunológica baja debido al exceso de limpieza.
Todo aquello que viene en aerosol, como desodorantes de ambientes, limpiahornos, elementos para sacar brillo, etc. destruyen la capa de ozono, a tal punto que en septiembre último el agujero se triplicó en relación a septiembre de 1999, por tal motivo el sol resulta tan negativo para la salud humana en las horas pico.
En lo posible utilizar jabón blanco en pan y productos biodegradables tratando de ser lo más moderado en su uso y variedades.
Es verdad que todos los productos orgánicos son menos económicos que los otros. ¿Pero qué es lo importante para nosotros? ¿Nuestra salud y la del medio ambiente o darse los gustos de consumir lo que da placer? Es importante aprender a recibir la satisfacción y el placer en aquellas cosas que son buenas para uno. Por otro lado lo que se gasta de más en estos productos es lo que uno termina ahorrando en médicos o medicamentos. Todo esto tiene que ver con el amor que sintamos por la vida, si hay una actitud amorosa hacia nosotros mismos y a lo que nos rodea nuestras acciones van a estar dirigidas a informarnos y a acercarnos a todo aquello que beneficia la condición humana.
Nuestras recomendaciones en relación a todo lo que hablamos anteriormente es que visiten las siguientes websites:
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