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La Meditación Como Forma De Conocimiento Propio







La meditación y la salud








En relación a la salud del cuerpo y de la mente, lo que hoy se llama una “Nueva Medicina”, hace fundamental hincapié en la meditación, como forma de resolución de cualquier tipo de enfermedad. Existen muchos datos concretos y experiencias personales que van demostrando cómo enfermedades que van desde la hipercolesterolemia, alergias, enfermedades del aparto digestivo, circulatorio, bronquial, osteoporosis, hasta el  cáncer mismo, se pueden prevenir y ayudar a resolver a través de la meditación, como forma de conocimiento de uno mismo.

El incesante parloteo mental, producto del estrés, de la inseguridad, del miedo, genera una baja en el sistema inmunológico, esta baja de la energía vital, genera a su vez un debilitamiento de las funciones vitales, lo cual permite la instalación de cualquier tipo de enfermedad. Por otro lado una sangre acidificada también es el caldo de cultivo para diferentes tipos de desequilibrios físicos y psicológicos; el principal factor generador de una sangre ácida es “la mala sangre”. La ciencia misma va demostrando cómo a partir de situaciones, que generan sentimientos perturbadores, el cerebro segrega sustancias que van directamente al torrente sanguíneo, desequilibrando su calidad.

Jung, uno de los padres de la psicología, decía que el cuerpo expresa con la enfermedad, lo que la mente no pudo llegar a descubrir. Por lo tanto la posibilidad de comprender las capas ocultas del inconsciente, de com-



prender el ruido de la mente, la posibilidad de enfrentarse a miedos, inseguridades, ansiedad, incertidumbre, ha de permitir el normal fluir de la energía en todo nuestro ser, factor fundamental para un estado de alegría y vitalidad. La Organización Mundial de la Salud, define a la salud, justamente, como un estado de alegría y vitalidad.

Uno puede alimentarse muy equilibradamente, hacer actividades físicas, actividades expresivas, desarrollar un trabajo que lo llene de gozo, al igual que la concreción de un hermoso vínculo de pareja, tener hijos, un buen pasar económico, etc.; pero si no hay conocimiento propio, que libere al hombre de una carga de sentimientos primitivos, de miedos, inseguridades, sentimientos de insatisfacción, dolor, envidia, búsquedas, ambiciones, esperanzas, exigencias internas; todos sentimientos que van más allá de nuestra vivencia personal, que también son genéticos, ancestrales; sino hay una comprensión que de lugar a trascender todo esto, el conflicto estará siempre presente.

El conflicto estará siempre presente asechándonos en la primer vuelta de la vida, no podrá haber salud física y psicológica, ni tampoco felicidad duradera.







El Conocimiento Propio








El conocimiento propio es la tarea más importante de todas las que las personas puedan realizar, porque da lugar a la libertad y donde hay libertad hay amor, felicidad, y donde hay amor y felicidad hay salud física y psíquica, hay orden, hay paz interior. Si hay paz interior hay paz en el mundo.

La posibilidad de conocerse uno mismo, requiere primero que nada, de un profundo interés por develar los misterios de la esencia humana y de la vida toda.

Cuando hay interés importa poco saber cómo hacerlo, porque es el interés el que abre el camino.

No es necesario tener conocimientos, ni estudios en temas psicológicos, filosóficos, sociológicos, tal vez cuanto menos uno sepa mejor, porque se estará más libre de preconceptos, que condicionan la observación.

No es una tarea de un día ó de un tiempo determinado, cuando se empieza no se termina hasta la muerte, y no termina uno de descubrir todo el caudal de vivencias-sentimientos-pensamientos-acciones también hasta la muerte.

Es vivir descubriendo y es eso lo que torna la vida bella, vivir en el cambio, vivir creativamente, sin esfuerzo, todo en forma natural, armoniosa.







La Meditación








Para comenzar a meditar es fundamental empezar a quedarse mínimo media hora por día, preferiblemente por la mañana bien temprano, que es el momento más energético del día, sentado bien derecho, respirando armoniosamente, simplemente observando, escuchando, enfrentando, sintiendo, percibiendo, todo lo que en uno sucede. Luego tal vez se convierta en una forma de vida, vivir atento y perceptivo en todo momento y a todas las cosas.

No hay formas, ni métodos, ni técnicas, porque si la hubieren significaría, por un lado que queremos lograr algo, sea resolverlo ó cambiarlo, al querer algo de esto lo que sucede es que nos dividimos, y empieza una lucha entre lo que somos y lo que quisiéramos ser, entre lo que nos sucede y lo que quisiéramos que nos suceda.

Esa lucha, es una división en nosotros mismos, y esa división es una profunda pérdida energética, que termina desgastando al individuo, lo embota, lo insensibiliza, lo enferma y sobre todo hace que el conflicto se perpetúe de por vida, tal vez con algún cambio en las formas, lo que nos hace creer que lo hemos resuelto, hasta que un desafío lo pone en evidencia nuevamente.

El llevar adelante una técnica genera que ésta se convierta en lo más importante, más importante que la persona misma y lo que ella pueda percibir. Cuando se lleva adelante una técnica se pone más atención a hacer correctamente y seguir los pasos del método en cuestión, que a lo que podamos observar cuando estamos quietos, en silencio, sin motivo frente a lo que nos pasa.







A Tener En Cuenta


Al quedarnos observando es importante que podamos estar: 


  1. sin enjuiciar lo que uno                                                                            ve-siente-piensa-intuye-percibe

  2. sin condenar  lo que uno                                                                         ve-siente-piensa-intuye-percibe

  3. sin nombrar  lo que uno                                                                           ve-siente-piensa-intuye-percibe

  4. sin argumentar sobre lo                                                                           ve-siente-piensa-intuye-percibe

  5. sin justificar lo que uno                                                                            ve-siente-piensa-intuye-percibe

  6. sin identificarse  con lo que uno                                                              ve-siente-piensa-intuye-percibe

  7. sin explicar lo que uno                                                                             ve-siente-piensa-intuye-percibe

  8. sin poner en palabras lo que uno                                                            ve-siente-piensa-intuye-percibe

  9. sin analizar lo que uno                                                                             ve-siente-piensa-intuye-percibe

  10. sin esperar que con el tiempo cambie lo que                                          ve-siente-piensa-intuye-percibe

  11. sin sentimientos de auto compasión por lo que                                      ve-siente-piensa-intuye-percibe

  12. sin resignarse a que es como es lo que                                                  ve-siente-piensa-intuye-percibe







El Contenido de La Conciencia








Todo esto parece muy difícil, pero lo que la hace ciertamente difícil es nuestra resistencia consciente e inconsciente. Por otro lado es la tarea más sencilla, porque no hay que hacer nada, es pura observación, como cuando uno escucha una música que le resulta muy pero muy agradable, cuando uno escucha hay solo escuchar, o cuando uno mira una salida del sol en el mar, uno queda absorto, sin palabras, en ambos casos no analizamos lo que vemos o escuchamos, somos uno con lo observado, no está el pensador, que pone en palabras lo que percibe, no hay comparación, hay solo vivencia.

Esta es la forma en que podremos develar todo el contenido oculto de nuestra conciencia, y es allí donde están las causas profundas de nuestros pesares.

No hay nadie ni nada que pueda hacer por uno, lo que uno puede hacer por si mismo, poder liberarse de todas las ataduras, de las cuales, muchas, no tenemos conocimiento de su existencia.

Se trata de generar un espacio de tiempo y lugar para que se develen las cosas. Al no dar ese espacio, cosa que hacemos la mayoría de los seres humanos, nos evadimos, escapando, y así las cosas se expresan en formas traumáticas. Se expresan más allá de nuestra voluntad, en formas de desórdenes en la salud física, desórdenes emocionales, miedos, inseguridades, fobias, ansiedad, mal humor, prejuicios, violencia, tristeza, angustia, bloqueos, confusión, adicciones, búsqueda de placer, etc.

Al quedarnos sentados y quietos, lo primero que vamos a ver es: que no sabemos qué hacer, ó percibimos que hay un gran parloteo mental, que no-pasa nada, que uno está embotado, que se aburre, que tiene ganas de salir a hacer algo «importante», que estamos confundidos, adormecidos, perdidos.



Al quedarnos sentados y quietos, lo primero que vamos a ver es: que no sabemos qué hacer, ó percibimos que hay un gran parloteo mental, que no-pasa nada, que uno está embotado, que se aburre, que tiene ganas de salir a hacer algo «importante», que estamos confundidos, adormecidos, perdidos.

Justamente lo que tenemos que hacer es quedarnos con eso, con lo que es, con lo que nos pasa, no tratando de modificar esos estados para lograr un objetivo predeterminado, como por ejemplo algún problema de pareja que nos perturba. Antes de ver esto último, hay que entender lo primero que vemos cuando nos quedamos quietos, que es tal vez el parloteo mental, ó la abulia ó lo que fuere.

Si nos quedamos viendo lo que se nos presenta sin opciones, eso significa que uno acepta con humildad lo que uno es y éste justamente es el principio del cambio, es lo que va a ir permitiendo que se vaya manifestando todo, es decir cuando no luchó, ni intercedo frente a lo que se muestra.

Solo tenemos que mirar lo que se nos presenta de la forma en que lo mencionamos en el párrafo: “A tener en cuenta”.

Si cualquier estado lo miramos así, éstos empiezan a modificarse.

¿Es difícil de entender que la observación, que genera un darse cuenta de las causas y los efectos, es lo que modifica lo observado?.


No hay nadie ni nada que pueda hacer por uno, lo que uno puede hacer por sí mismo






Ver Sin Pensar


¿Es difícil de entender que se pueden ver los procesos interiores, entenderlos, sin el pensar?.

Comparémoslo con el escuchar una música, ¿acaso no puedo darme cuenta de la melodía, de los instrumentos que hay, de si el cantante ó ejecutante afina ó desafina sin pensar, sin estar analizando?.

¿Acaso cuando estoy pensando en lo que escucho, no dejo de estar escuchando la música?.

O sea que cuando hay profunda atención a algo, no hay pensamientos, hay silencio, hay quietud interna y externa, eso es meditación, y ella da lugar al conocimiento de uno mismo.

Todo se trata en quedarse quieto, observando, con gran humildad, con enorme paciencia, con mucho afecto, por más terrible que sea lo que veamos, con valentía, coraje, entereza. Y si algo de todo esto no lo tenemos, veamos eso, para poder despertarlo, cuando vemos nuestra falta de coraje, o sea que vemos el miedo a ver nuestras miserias, el solo ver ese miedo es el que da lugar al coraje.

Uno piensa y siente que exponerse a tantas situaciones interiores lo va a dejar a uno muy vulnerable, expuesto, inseguro, y lo que no vemos es que la mayor inseguridad es vivir evadiéndose, lo que hace que se perpetúen los conflictos, que se viva en el desorden, la confusión, en la lucha; esa es una forma insegura de vivir porque a uno lo lleva a una vida desdichada, de frustración, a la enfermedad física y psicológica.

La verdadera seguridad aparece cuando no buscamos la seguridad.

La meditación, el conocimiento de uno mismo abre las puertas a la libertad, a la belleza, al amor, a la paz interior, en ese estado de ser no se precisa ni se busca nada.

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