Por. Daniela Calvary – Especialista en Terapia de Aura Soma
Es sabido que desde los albores de la humanidad el hombre observaba su entorno y pintaba sus cavernas con los colores de la tierra, del fuego, de la sangre y del agua. Estos hombres trabajaban con tinturas rojas y los óxidos que encontraba en la tierra, que iban desde el amarillo al púrpura.
El color tuvo significados diversos en todas las civilizaciones pero casi todas asociaban el amarillo con el sol que simboliza el poder de los dioses, la inmortalidad y la iluminación. Los egipcios pintaban sus casas, tumbas y templos por dentro y por fuera. También pintaban sus cuerpos. Solían construir sus templos de manera tal que al penetrar los rayos del sol, estos se descomponían en los siete colores del arco iris. Los enfermos después eran bañados en las habitaciones de colores según las afecciones que sufrían.
Es sabido que de esos tiempos proviene la idea que si alguien conocía el color personal se conocía a sí mismo. Ciertos colores eran asociados con estados emocionales específicos.
La idea de la terapia de los colores es muy antigua: Se acepta que los brillantes colores con que se adornaban los templos egipcios y griegos se escogían por sus efectos sobre la mente y el cuerpo; en el Tíbet y la India también desde hace siglos se utilizan los colores para meditar y con fines terapéuticos. Más próximo a nuestros días, en la década de 1950, algunos palacios del Rey Jorge VI de Inglaterra fueron decorados bajo la dirección de médicos cromo terapeutas con colores y tonalidades destinadas a aliviar las afecciones pulmonares del monarca.
Los principios energéticos de la medicina China nos hablan de frío, calor, humedad y sequedad. Si se aplica color, ya sea local o general en el cuerpo, se busca hacer reaccionar al organismo para eliminar el exceso de una de esas energías. No se aplica “calor” para eliminar el frío, sino que se aplica un color adecuado que haga que el cuerpo genere calor.
Aunque las terapias por los colores a nivel popular han sido utilizadas ya en esa época y por miles de años, sus cualidades no se podían explicar en esos tiempos. Solo recientemente algunos investigadores como Isaac Newton, Descartes, Goethe, Steiner, Gadiali, han podido probar su teoría acerca de cómo se obtienen los siete colores del espectro.
Todo lo que nos rodea produce algún efecto sobre la salud. La luz y los colores activan diferentes procesos bioquímicos en el cuerpo humano. Cada color actúa sobre un órgano y parte del cuerpo porque armoniza con su frecuencia vibratoria particular.
Existen varias formas de energía, la luz, el calor, la energía mecánica y la energía química. Nosotros podemos percibir el mundo que nos rodea con gran detalle, gracias a la naturaleza de la luz. Esto se debe a que la luz consiste en un movimiento ondulatorio de una frecuencia extremadamente alta. La luz como el sonido viaja en forma de ondas.
El lenguaje del color nos rodea por todos lados y nos da información específica de lo que necesitamos sanar en ese justo momento de nuestras vidas.
Las personas tienden a vestirse del color que necesitan, pintan sus casas, sus habitaciones de colores que se les “antojan”. Si todos supiéramos interpretar el color, sabríamos ir limpiando y trabajando las emociones que necesitamos limpiar en cada momento de nuestras vidas.
Existen muchas formas de aplicar el color para sanar
1.- Por medio de lentes de colores.
2.- Tomando agua de colores.
3.- Tomando agua pura en vasos de colores.
4.- Poniendo a la persona en una habitación con la luz del color que necesita.
6.- Cubriendo la cara con mascarillas elaboradas con productos naturales también se aplica el color.
7.- Cubriendo a la persona con sábanas de colores.
8.- Utilizando el color a través de los cristales de cuarzo, constituye también una poderosa alternativa para sanar. Los hay de todos los colores y tienen vibraciones energéticas muy especiales y sanadoras. Sus cualidades curativas van relacionadas con su color.
9.-Por medio de una pluma de luz a la que se le adaptan diferentes filtros o colores para aplicar frecuencias de luz sobre diferentes chakras o meridianos.
10.- También puedes integrar el color a tu organismo comiendo alimentos de ese color. Y para llenarte de “verde” por ejemplo, puedes echarte en el pasto, en el campo; de “turquesa”, entrar al mar etc.
11.- Por medio de la meditación o la visualización, incluso imaginando que de tus dedos emana el color que necesitas, tanto para ti como para sanar a los demás.
12.- Mediante la aplicación de aceites de colores sobre la piel. En este caso las propiedades de las energías de plantas, hierbas y energías de cristales contenidos en estos aceites, actúa sobre todo el sistema bioenergético del organismo (www.terapiaporcolores.com.ar).
Algunas personas saben qué colores usar en sus vestimentas y cómo decorar sus hogares, otras eligen los colores desde un punto de vista estético. Sería útil crear una conciencia más despierta para aprovechar más todo el potencial de los colores. Una habitación pintada en colores fríos aparenta más grande mientras que los colores cálidos producen el efecto opuesto.
Los colores como herramienta terapéutica poseen la enorme ventaja de que podemos emplearlos en la vida cotidiana para favorecer el bienestar o recuperar la salud y su eficiencia está demostrada por la ciencia y por la experiencia de sanadores de distintas culturas a lo largo de milenios.
Con el uso del color apropiado nutrimos las necesidades de nuestra alma y le devolvemos esa sensación de frescura y de saber que estamos alineados con la armonía de la naturaleza.
Para dar un colorido cierre a lo mencionado más arriba, queremos compartir una de nuestras recetas: Budín Tai de Verduras con Sémola
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