Queridos amigos:
Después de estos meses de verano volvemos a conectarnos con Uds. para continuar comunicándonos sobre los temas que nos interesan en común.
En la medicina oriental se habla del invierno y del verano tardío, épocas del año que tienen que ver con el final del invierno y del verano respectivamente, antes de la primavera y el otoño. Son épocas en que los médicos reciben mayor afluencia de pacientes, porque las personas comienzan a realizar las descargas físicas y psicológicas de los excesos cometidos en las dos estaciones mencionadas anteriormente.
Vamos a referirnos en esta oportunidad a las descargas del verano. En el verano se acumulan excesos de líquidos y azúcares (frutas, jugos, gaseosas, cerveza, helados). Estos alimentos, como en general no son ingeridos con moderación (esto es un término relativo, porque puede suceder que lo que es poco para muchos puede ser mucho para otros), por un lado generan una sobrecarga que se traduce en acumulación de mucus y ácidos grasos en las articulaciones, hígado, corazón, riñones, intestinos, pulmones, con lo que estos órganos trabajan a menos de su capacidad normal, generando desequilibrios en todo el sistema físico y psíquico. Por otro lado durante el verano la actitud psicológica es de mayor excitabilidad, estados emocionales más desbordados, se duerme menos, se está más hacia afuera, extrovertido y el calor genera un cierto mal humor, el exceso de sol también sobrecarga el ánimo, a los órganos del cuerpo y si bien genera energía y un estado placentero, el exceso de éste es muy excitante. En este verano tardío, entonces comienza la necesidad del organismo de descargar los excesos, relacionados con el ánimo, con el sol y con lo que se ingiere. El exceso de mucus y ácidos grasos acumulados se traduce, también, en energía estacionada, bloqueada, que no sólo tiene que ver con los alimentos, sino también con los estados emocionales.
Las gripes, resfríos y bronquitis tempranas, diarreas, dolores de cabeza, alguna que otra infección, dolores articulares, dolores de piernas, inflamación intestinal, estomacal, cansancio, tristeza, irritabilidad nerviosa, son manifestaciones que hablan de la necesidad de ajustar y permitir que la descarga se haga naturalmente, para lo cual es importante saber acompañar dichas descargas sin una actitud intervencionista (toma de medicamentos) o una actitud negadora, de resignación frente a lo que a uno le sucede, esperar que el tiempo lo resuelva o una actitud enjuiciadora.
Cuando se produce la descarga no sólo estamos eliminando los excesos de lo ingerido, sino que los desbordes emocionales que hemos tenido, la excitabilidad, también se acumula y necesita salir de alguna manera. Permitir que la descarga se haga naturalmente significa respetar los ciclos de la naturaleza, comprendiendo que existen enfermedades de ajuste o de descarga que el cuerpo necesita realizar para volver a su estado natural.
… Permitir que la descarga se haga naturalmente significa respetar los ciclos de la naturaleza, comprendiendo que existen enfermedades de ajuste o de descarga que el cuerpo necesita realizar para volver a su estado natural…
Cuando este proceso es interrumpido utilizando medicamentos, lo que hacemos es suprimir el síntoma de descarga con lo cual generamos un proceso de acumulación de toxinas, ya que no hemos permitido que se descargue el sobrante, las toxinas que el cuerpo necesita sacar y además estamos incorporando la química de los medicamentos ingeridos. También es una actitud intervencionista intentar combatir los síntomas con una dieta, con un masaje, con Flores de Bach, haciendo terapia para analizar el problema; en todos estos casos lo que no hay es una entrega, acompañamiento del proceso y posterior comprensión, lo cual permite una liberación natural y tal vez una resolución para siempre de la sobrecarga. Si esta entrega no ocurre, se generan las acumulaciones que dan lugar a las llamadas enfermedades degenerativas: cáncer, diabetes, baja del sistema inmunológico (SIDA, Lupus), enfermedades coronarias, vasculares, artritis, reuma, neumonías, depresión, etc.
Acompañar el proceso de descarga significa comprender, primero que nada, porque sobrecargo y generar un cambio en mi actitud, en mi forma de ver la vida, en mis hábitos, en mi forma de alimentarme. Por otro lado, saber acompañar no significa que uno niegue la enfermedad o no haga nada al respecto o llegue a estar con mucho malestar, sufriendo. Se trata de utilizar los elementos de la naturaleza para encontrar los mecanismos de curación natural como por ej.: la alimentación, la actividad física, ejercicios respiratorios, hidroterapia, fangoterapia, etc. y la meditación como una forma de entrega al malestar y aprender a utilizar ésta para comprender los motivos subyacentes que tiene que ver con estados psíquicos emocionales.
En el verano tardío es fundamental que acompañemos los ciclos de la naturaleza cuidando el organismo con una alimentación que incluya: frutas como manzanas rojas y verdes, peras y uvas (en poca cantidad), ensaladas-verduras cocidas-cereales integrales (todos estos diariamente), yogurt natural-pescado- huevo-queso o milanesas de soja orgánicas- lentejas – poroto aduki (todos estos de vez en cuando). Comenzar a utilizar en poca cantidad algunos días por la mañana miel, miel con propóleo, miel con jugo de limón, miel con propóleo y polen (todos estos actúan como antibióticos naturales y preventivos de gripes y resfríos). Té de hierbas: llantén, bancha, manzanilla, marrubio, toronjil, cedrón, (ir variando diariamente). Es importante evitar carnes, azúcares, lácteos (quesos y leche), alcohol, gaseosas, helados.
También es importante diariamente llevar a cabo una buena actividad física que ayuda a mejorar la calidad de la sangre, con lo cual es posible generar un buen proceso de desintoxicación. Yoga y bicicleta son ideales, incluso la combinación de ambas. La natación en agua fría también cumple una función curativa importante ya que combina la hidroterapia con el movimiento y la respiración. Una buena respiración permite una buena alcalinidad lo que redunda en una importante eliminación de toxinas, ya que estas no sobreviven en un medio que no sea acidificante. El hata yoga y sobretodo el yoga Iyengar que trabaja la flexibilidad, fortaleza y precisión, permite un dominio del cuerpo y éste a su vez genera la posibilidad de una mente lúcida, serena, capaz de permitir las descargas psicofísicas necesarias en forma no traumática y además ayuda a prevenir cualquier tipo de enfermedad debido al importante movimiento de la energía y activación circulatoria que genera.
¿Por qué uno sobrecarga psicológicamente en el verano?
En verdad uno sobrecarga siempre, durante todo el año, pero en lo estrictamente referido al verano podemos decir que al generarse un estado de excitación, de estar en una actitud más hacia fuera, poco tiempo e importancia le damos al hecho de quedarnos 15 ó 20 minutos diarios percibiendo todo el movimiento de nuestro ser, observando, escuchando, nuestro sentir profundo. Cuando se está atento no existen las sobrecargas. ¿podemos, más allá de los estímulos externos como el clima, vacaciones, vida social, mantener un equilibrio emocional que nos permita no sobrecargarnos?
¿Puede ser que la necesidad de tanta exteriorización tenga que ver con la insatisfacción respecto de nuestras relaciones afectivas, laborales, el miedo a enfrentarnos con el vacío existencial, la pobreza interna, la necesidad de recibir afecto, reconocimiento? ¿Podemos darnos cuenta que nada más maravilloso existe que estar en paz con uno mismo y sentir la dicha porque sí, libre de todo estímulo?
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